Londres paraliza la elección de la nueva cúpula europea

La insistencia de Brown en la candidatura de Blair bloquea los nombramientos - Alemania y Francia presentarán hoy un aspirante común
ANDREU MISSÉ - Bruselas - 19/11/2009

La insistencia de Gordon Brown en mantener la candidatura de Tony Blair para la presidencia de la UE, a pesar del rechazo generalizado que ha provocado, bloquea los nombramientos de los dirigentes de la Unión. El acuerdo de consenso alcanzado entre la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, para que el primer ministro belga, Herman Van Rompuy, sea el primer presidente de la Unión Europea tropieza con la resistencia del primer ministro británico en favor de su predecesor en el cargo. Además, la iniciativa franco-alemana ha causado también malestar a Fredrik Reinfeldt, primer ministro de Suecia, que ostenta la presidencia de la Unión y a quien como tal corresponde hacer las propuestas de nombramientos.

El empecinamiento británico es visto en Bruselas en clave de negociación política
En un clima de incertidumbre absoluta y con más de veinte nombres en danza, diez para presidente y otros tantos para alto representante, se reúnen hoy en Bruselas los dirigentes de los Veintisiete para intentar alcanzar un acuerdo sobre los futuros máximos mandatarios de la Unión. La negociación está completamente abierta y "todo el mundo se está preparando para las sorpresas", según fuentes comunitarias. En cualquier caso, aunque la reunión se celebrará en el curso de una cena, la presidencia sueca ha ordenado los preparativos para un posible desayuno para mañana, por si se prolongan las negociaciones.

Reinfeldt ultima los contactos y las entrevistas para poder presentarse en el Consejo con dos nombres que obtengan el apoyo suficiente. Aunque el acuerdo debe tomarse por mayoría cualificada, la presidencia sueca intenta el máximo consenso, de manera que si algún candidato no tiene el apoyo de todos, al menos no sea rechazado por ningún país.

A pesar de las amplias disparidades, Herman Van Rompuy, el hombre que puso orden al desbarajuste gubernamental de Bélgica, continúa siendo favorito para la presidencia al contar con el total apoyo de Merkel y también de Sarkozy. La canciller alemana manifestó ayer que "Francia y Alemania actuarán de común acuerdo y no uno contra otro". Merkel añadió: "Soy optimista, [creo] que llegaremos a un acuerdo mañana [por hoy] por la noche".

Si finalmente Van Rompuy no logra el apoyo necesario, sus principales competidores -según los distintos medios de comunicación, pero no según sus posibilidades reales- son los primeros ministros Jan Peter Balkenende (Holanda) y Jean-Claude Juncker (Luxemburgo), y la ex presidenta de Letonia Vaira Vike-Freiberga. Sin olvidar al ex primer ministro británico Tony Blair, que sigue contando con el pleno soporte de Brown. También en esta lista se ha incluido al antiguo canciller austriaco Wolfgang Schüssel.

El empecinamiento de Brown se ve en Bruselas en clave de negociación política, pensando sobre todo en lo que pueda obtener en compensación si no coloca a su candidato. La diplomacia británica es bien conocida en la UE por su habilidad en este tipo de negociaciones. Hasta ahora se apuntaba que si Reino Unido no conseguía el puesto para Blair, podría obtener en compensación el cargo de alto representante para su titular de Exteriores, David Miliband, a pesar de los reiterados desmentidos de este último. En última instancia, Londres podría verse compensado con una de las tres comisarías económicas (Asuntos Económicos y Monetarios, Mercado interior y Competencia), que cada vez han adquirido más relevancia.

Para el puesto de Alto Represente de la Política Exterior y Defensa de la Unión se han barajado también los nombres del ex ministro de Exteriores Joschka Fischer (Alemania), el ex primer ministro Massimo D'Alema (Italia) o el titular de Exteriores español, Miguel Ángel Moratinos. También concurren para dirigir la diplomacia europea la británica Catherine Ashton, comisaria de Comercio, y la ex ministra de Exteriores francesa Élisabeth Guigou. El presidente de Estonia, Toomas Ilves, se ha ofrecido para cualquiera de los dos puestos.

La dinámica y las reglas de las negociaciones prevén seleccionar primero al presidente y después, en función de sus características, al alto representante. De manera que si el presidente es un hombre o una mujer del Partido Popular Europeo y de un país pequeño, el alto representante procedería de la socialdemocracia y de un país grande. La alta posibilidad de que no salga elegida ninguna mujer ha provocado numerosas muestras de protesta por parte de políticas y parlamentarias europeas, como las que se manifestaron ayer en Bruselas.

La manera en que se están realizando las negociaciones entre bastidores está acrecentando las divisiones entre los Estados y provocando fuertes críticas por su falta de transparencia, como las expresadas por Daniel Cohn-Bendit. El antiguo líder de la revuelta de Mayo del 68 señaló al periódico Libération que las maniobras por el reparto del poder son "desesperantes". "Son una caricatura de la democracia. Uno tiene la sensación de que los Veintisiete, y sobre todo Merkel y Sarkozy, buscan personalidades que no les hagan sombra", aseguró el jefe de filas de Los Verdes en la Eurocámara.

Las pasadas semanas han sido una ruleta en la que han girado hasta una veintena de nombres para cubrir los dos nuevos puestos de presidente permanente del Consejo y de alto representante y vicepresidente de la Comisión. Algunos de los mencionados son:

Competencias
Presidente de la Unión: - Preside el Consejo Europeo, la reunión de jefes de Estado y de Gobierno de la UE.

- Vela por la preparación de los Consejos y por que se cumplan sus acuerdos.

- Busca la cohesión y el consenso en el Consejo.

- Informa a la Eurocámara.

- Representa a la UE en la escena internacional.

Alto representante:

- Será vicepresidente de la Comisión.

- Preside los Consejos de Asuntos Exteriores con los ministros de Exteriores.

- Tutela y ejecuta la política exterior y de seguridad común.

- Dirige el diálogo en nombre de la UE y la representa en organismos internacionales.

- Encabeza el Servicio Europeo de Acción Exterior, que tendrá delegaciones en 130 países.


CANDIDATOS A LA PRESIDENCIA
Las pasadas semanas han sido una ruleta en la que han girado hasta una veintena de nombres para cubrir los dos nuevos puestos de presidente permanente del Consejo y de alto representante y vicepresidente de la Comisión. Algunos de los mencionados son:

Jan Peter Balkenende

- Primer ministro holandés, de 53 años. Ha potenciado el papel internacional de su país, invitado al G-8 y al G-20. Se le reprocha que apoyara la invasión de Irak y que era primer ministro cuando, en 2005, los holandeses rechazaron la Constitución Europea.

Herman Van Rompuy

- Primer ministro belga, de 62 años. Desconocido fuera del país. Es el candidato de Angela Merkel y Nicolas Sarkozy, que valoran su capacidad como mediador. Juega en su contra el recelo de los países medianos y pequeños ante el rodillo franco-alemán.

Vaira Vike-Freiberga

- Ex presidenta letona, de 71 años. Llamada la "Dama de Hierro del Este".

Le favorecen las demandas de que haya una mujer en la cúpula europea. Merkel le ha restado posibilidades al pedir que el futuro presidente tenga experiencia ejecutiva europea.


CANDIDATOS A ALTO REPRESENTANTE
David Miliband

- Ministro de Exteriores británico, de 44 años. Aportaría al nuevo cargo la mentalidad global que caracteriza a Reino Unido. Gordon Brown, sin embargo, ha dicho que Tony Blair

es el único candidato británico.

Massimo D'Alema

- Fugaz primer ministro italiano, de 60 años. También se ocupó de Exteriores. Su pasado comunista le resta puntos ante los países del Este de Europa.

A falta de Miliband, es el candidato de la izquierda europea para el puesto.

Miguel Ángel Moratinos

- De 58 años y con larga experiencia en el conflicto de Oriente Próximo. En su contra juega que le precede otro español, Javier Solana, y que sería un ibérico más, junto con el portugués Barroso, en la Europa de los equilibrios.

ECUMENISMO EN PLENO DESIERTO

Juntos, en un recóndito monasterio en ruinas de Siria, conviven, rezan e investigan musulmanes y cristianos.

Se trata de un proyecto ideado hace 30 años por Paolo Dall´Oglio, un fraile italiano con una pasión por el diálogo religioso.

Alarma en Francia por aumento de influenza humana en colegiosLas autoridades


decidieron cerrar 32 establecimientos.ORBE Martes 17 de Noviembre de 2009 10:13 El gobierno francés inició una campaña masiva de vacunación.

PARÍS.- El ministro francés de Educación, Luc Chatel, advirtió este martes sobre el acelerado incremento de casos de gripe A (H1N1) en las escuelas desde el fin de semana pasado, por lo que se determinó que un total de 32 establecimientos de enseñanza fueran cerrados.
Por otra parte, el Instituto Nacional de Vigilancia Sanitaria informó de 11 nuevos decesos vinculados a la gripe A en Francia continental, lo cual eleva la cifra a 43.
Del total, según reportó Prensa Latina, solo tres no presentaban factores de riesgo.
Desde el jueves pasado, más de seis millones de franceses fueron llamados a vacunarse como parte de la campaña masiva contra el virus que se desarrolla en el país por grupos prioritarios.
De acuerdo con sondeos publicados por los medios de prensa, únicamente 20 por ciento de los galos se vacunarían aunque la campaña podría tener más éxito si la pandemia se intensificara.

Europa busca un pacto climático de mínimos que arrastre a EE UU



Ofensiva diplomática para salvar la cumbre de Copenhague - La UE y la ONU impulsan un acuerdo que fije una horquilla de reducción de emisiones
R. MÉNDEZ / A. JIMÉNEZ BARCA - Bruselas / París - 17/11/2009

La cumbre del clima de Copenhague agoniza pero aún no está enterrada. Hace una semana, en las negociaciones de Barcelona, la ONU asumió que en diciembre no habría un tratado completo que sustituya al de Kioto, como certificaron el fin de semana EE UU y China. Ahora, la UE y la ONU creen haber encontrado un resquicio para salvar los muebles. Se centran en conseguir un acuerdo de la Convención de Cambio Climático de la ONU, de la que EE UU sí forma parte, en la que se incluyan los objetivos de reducción de emisiones para 2020. Esa sería la forma del acuerdo político aunque con ribetes de texto legal. Es ya el máximo al que apunta Copenhague, ya que el acuerdo final se retrasa hasta la cumbre de México, en diciembre de 2010, o hasta una cita intermedia a mitad del año que viene.

La secretaria de Estado de Cambio Climático, Teresa Ribera, participaba ayer en la reunión a puerta cerrada de 40 ministros que el Gobierno danés ha organizado en Copenhague como cumbre previa. "Que nadie se tire por el puente antes de tiempo", resumió por teléfono. Ribera está en el corazón de la negociación como parte de la troika de la UE, al asumir España la presidencia de la Unión en enero: "Tener un acuerdo jurídicamente vinculante tiene muchas dificultades aunque no hemos renunciado. Pero si a cambio tenemos un acuerdo con la ambición suficiente refrendado por los primeros ministros en Copenhague no sería un fracaso".

Los negociadores de la UE ven la botella medio llena. Consideran que si en vez de un tratado completo con sanciones que hay que ratificar luego se consiguiera un texto claro que, sobre todo, aceptase EE UU, valdría la pena esperar un año. La Administración de Barack Obama ha dejado claro que no firmará nada que le obligue internacionalmente hasta que el Senado no apruebe la reducción de emisiones -entre un 17% y un 20%- que tramita actualmente. Un éxito sería acordar en Copenhague "las emisiones individualizadas de los países desarrollados a largo plazo (2050) y a medio plazo (2020), si hace falta con rangos de emisiones, y un calendario concreto y breve para tener un acuerdo internacional", dice Ribera. Es decir, que EE UU podría incluir no una cifra concreta sino una horquilla, lo que evitaría quebraderos de cabeza a Obama. Lo más problemático es el acuerdo a 2020, ya que a largo plazo hay coincidencia en la ambiciosa reducción de emisiones necesaria.

"La clave no es si es un acuerdo jurídico o no, la clave es si el acuerdo que salga tiene los elementos básicos de reducción de emisiones y de financiación. Eso es lo que tenemos que negociar con EE UU y con China, que siguen sin decir qué límite de emisiones aceptaran", dice el representante de un país europeo, que ve evaporarse sus esperanzas puestas en Obama. Este texto, como decisión de la Conferencia de las Partes, de menos de 10 folios, se negociará hasta la última hora, ya que en cada coma hay millones en juego. "Nadie se ha opuesto a que sea una decisión de la Conferencia de las Partes de la Convención, en la que todo el mundo forma parte y que obliga a todos", añadió Ribera.

A partir de ahí, se seguiría negociando el tratado. Mientras la ONU apuesta por cerrar el pacto en una cumbre extraordinaria a mitad de 2010, la ministra danesa de Energía y Cambio Climático, Connie Hedegaard, apuntó que lo normal sería cerrarlo en un año en México.

Mientras China y EE UU se alejan del acuerdo, la carrera diplomática para salvar la cumbre está lanzada. Y ha creado interesantes lazos entre países en teoría situados en bloques opuestos. Nicolas Sarkozy, presidente de la República francesa, y Luis Ignacio Lula Da Silva, su homólogo brasileño, han conformado una suerte de alianza conjunta para que un documento común, que obliga a reducir las emisiones mundiales en un 50% para 2050, sea aceptado. "No hay que permitir que Obama y Hu Jintao celebren un acuerdo basado exclusivamente en las realidades económicas de sus respectivos países", aseguró Sarkozy. "Un acuerdo que no comprometa a nadie, eso no es lo que buscamos", añadió Da Siva.

Cada uno por su lado o unidos, se volcarán en una maratón diplomático-ambiental para ganar adeptos, según anunciaron el sábado tras una entrevista con el presidente brasileño celebrada en El Elíseo.


La cuenta atrás para un acuerdo por el clima
- Diciembre de 2009. Cumbre de Copenhague. La capital danesa acoge de 7 al 18 de diciembre una cumbre del clima que empieza con las expectativas bajas. Los representantes de 191 países redactarán los términos de un acuerdo político antes de que los discutan los ministros de Medio Ambiente los dos últimos días del encuentro. Los líderes de 40 países han confirmado ya su asistencia.

- Mayo-junio de 2010. Encuentro anual en Bonn (Alemania) para discutir los detalles técnicos para la aplicación del Protocolo de Kioto y para preparar las dos últimas reuniones de negociación de un acuerdo climático que reemplace Kioto en 2013.

- 2 de noviembre de 2010. Los estadounidenses eligen al menos 36 de los 100 escaños del Senado. La campaña puede comprometer la votación de la ley que reduce las emisiones en Estados Unidos, prevista para la próxima primavera. Analistas citados por Reuters creen que la cercanía de las elecciones puede empujar a los senadores a defender el mantenimiento del empleo y la reducción de gastos en detrimento del cambio climático. Si la economía estadounidense no mejora será muy difícil también que salga adelante en el Congreso una ley sobre el clima en 2010.

- Noviembre de 2010. De los días 8 al 19 se celebra en México DF la primera cumbre de ministros prevista por Naciones Unidas después de Copenhague. Es una reunión anual de seguimiento de Kioto.

- Junio de 2011. Encuentro anual en Bonn (Alemania). Si se consigue un acuerdo en 2010, en esta reunión se podría empezar a trabajar en los detalles, por ejemplo, en los métodos para detener la deforestación.

- Noviembre-diciembre de 2011. Se celebra en África (el lugar está aún por confirmar) la cumbre de ministros sobre el clima.

- Diciembre de 2012. Expira el Protocolo de Kioto

http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Europa/busca/pacto/climatico/minimos/arrastre/EE/UU/elpepusoc/20091117elpepisoc_4/Tes

EUROPA RUMBO AL NUEVO ORDEN MUNDIAL





Faber predice que habrá guerra para distraer la crisis economía

Washington´s Blog
16 de noviembre 2009

El economista Marc Faber predice que los EE.UU. se lanzará a una guerra para distraer a la gente de la crisis económica.
El medio de prensa más importante de China – Sohu.com – escribió en octubre de 2008 que la Corporación Rand y un consejero militar estadounidense presionó al Pentágono para el inicio de una guerra con una potencia extranjera en un intento por estimular la economía estadounidense:

Según la prensa francesa, la conocida think tank, RAND Corporation ha presentado … [en el Pentágono] un informe de evaluación de una guerra para cambiar la viabilidad de la actual crisis económica …
La crisis de las hipotecas subprime y la recesión económica en los Estados Unidos, es probable que desencadene una guerra con el fin de lograr el propósito de terminar con la crisis.

Faber ¿es correcto? Es el informe Sohu.com preciso?

No lo sé. Por ejemplo, no voy a tomar a Sohu.com muy en serio hasta que alguien pueda apuntar a la fuente de los medios franceses, de modo que pueda evaluar su credibilidad.
Sin embargo, “el keynesianismo militar” – utilizando el gasto militar para estimular la economía – ha sido la política de los EE.UU. durante medio siglo. El economista que acuñó el término, dijo que esa política siempre e “inexorablemente” conduce a “una guerra real”, a fin de justificar todos los gastos militares.

Por lo tanto, cualquier estudio que refute la eficacia de la guerra como un estímulo económico son importantes para el equilibrio.
Además, contrariamente a la creencia popular, algunos autores dicen que la razón de que la Segunda Guerra Mundial realmente fue estimular la economía de los EE.UU. En concreto, sostienen que los Estados Unidos aumentó la producción de armamento para los británicos antes de que los EE.UU. entrara en la guerra y fue eso lo que estimuló la economía.

Hablé con un profesor con el doctorado en economía sobre el transfondo de los conflictos internacionales en julio de 2008 para averiguar si la guerra es realmente bueno para la economía.
Le pregunté si la sabiduría convencional de que la guerra es buena para la economía es cierto, sobre todo teniendo en cuenta que todos los gastos de la guerra en Irak parece haber debilitado la economía de Estados Unidos (o por lo menos, ha aumentado enormemente su deuda).

El economista explica la aparente paradoja:
“La guerra siempre provoca recesión. Bueno, si es una guerra muy corta, entonces se puede estimular la economía a corto plazo. Pero si no hay una victoria rápida y se prolonga, a continuación, las guerras siempre ponen a la nación en guerra en una recesión haciendo mella en su economía “.

Habida cuenta de que Estados Unidos ha estado combatiendo tanto en las guerras de Afganistán e Iraq más de lo que luchó la Segunda Guerra Mundial, la excepción, obviamente, no es de aplicación.

¿Puede Estados Unidos atacar a algunos países mal armados para obtener una guerra rápida?
Es lo más probable como muchos suponen. Dado que muchos creen que los EE.UU. comenzó la guerra de Irak basado en premisas falsas, y que la guerra de Irak era en realidad por el petróleo, yo soy escéptico de que muchos accedan a las justificaciones de Estados Unidos para declarar otra guerra.

En efecto, el artículo Sohu.com – aunque totalmente falso – demuestra mi punto.

Además, incluso una guerra contra un país pequeño, mal armados y de escasos recursos podría considerarse una guerra por poderes. En otras palabras, otros países fuertemente armados podría combatir los EE.UU. a través de intermediarios locales, arrastrando a la guerra durante años, al igual que los EE.UU. hizo con Rusia en Afganistán. Hoy Estados Unidos no es el imperio que era incluso hace 10 años, y – como Afganistán e Irak demuestran – Estados Unidos ya no tiene los recursos financieros para proyectar la fuerza e imponer su voluntad en todo el mundo.

La conclusión es que cualquiera que aboga por la guerra para ayudar a nuestra economía está equivocado


video de faber sobre la crisis económica

¿Será Europa una potencia mundial?

El Tratado de Lisboa pondrá a prueba la capacidad de la UE para influir en la escena internacional - China y EE UU lamentan la inacción de los Veintisiete
RICARDO MARTÍNEZ DE RITUERTO - Bruselas - 15/11/2009

Resumía recientemente José Manuel Durão Barroso, presidente de la Comisión Europea, el contenido de la pasada cumbre UE-China en una propuesta de Pekín. "Nosotros no queremos un G-2, un mundo regido por China y Estados Unidos", decía Barroso que le aseguró el presidente chino, Hu Jintao. "Queremos también una UE fuerte". Diríase que la Unión gusta de la idea. Vende el nuevo Tratado de Lisboa, con su reorganización para potenciar la unidad de acción en política exterior, como el instrumento necesario para modificar los pies de barro del gigante económico europeo. Pero ¿quiere la UE ser verdaderamente un actor global? "Es la pregunta del millón de dólares", responde Antonio Missiroli, un politólogo de Bruselas.

En el mundo hay demasiada Europa y muy poca UE, dice un politólogo
Javier Solana, cuerpo, alma y padre de la política exterior europea durante los pasados 10 años, echa la vista atrás y no puede más que celebrar dónde estaba la Unión entonces y dónde está ahora. Hasta se maravilla del éxito: "¿Quién me iba a decir a mí hace 10 años que la UE tendría un día 13 fragatas en el Índico?".

Hace 10 años, una UE dividida y paralizada ante el conflicto de los Balcanes tuvo que ver cómo Estados Unidos llegaba, una vez más, al Viejo Continente para acabar con una guerra europea. De aquella humillación nació la política exterior de la Unión, que ya suma dos docenas de operaciones de distinto calado en diversas partes del mundo, con la de Somalia contra la piratería como florón, pronto seguida de otra para formar militares que sostengan al nominal Gobierno somalí.

"No puede haber un simple G-2 que dirija el mundo", decía no hace mucho Solana en la Universidad de Harvard. "La UE tiene que estar ahí. Merece estar ahí". Para Solana está claro que la Unión tiene vocación de potencia global, pero una potencia de nuevo cuño, el que corresponde a un mundo globalizado con nuevos modos de tabular. "Antaño el poder se medía por las dimensiones de tus Ejércitos y por tu población. Hoy, por el PIB por habitante, la reputación y si obtienes la organización de unos Juegos Olímpicos", explicaba este verano a un selecto sanedrín británico en la Fundación Dichtley, cerca de Oxford.

Ésta es la cuestión crucial, el modo de enfocar la Unión su política exterior. Solana mantiene que la victoria intelectual y política del sistema de valores que encarna Occidente, y en particular la UE, obliga a compartir el liderazgo del mundo con otros. "Debido a nuestro ADN posmoderno, la UE no está bien dotada para responder a algo que pudiera parecerse a las políticas de las grandes potencias", enfatizaba en Harvard ante unos norteamericanos con otra concepción del poder y de la influencia en el mundo.

"La UE va a ser un actor global sin ser como Estados Unidos", pronostica Missiroli, director de estudios del European Policy Center, gabinete de estudios europeos en Bruselas. Alcanzar esa meta llevará tiempo y Missiroli recomienda empezar por el principio. "Mejor intentarlo antes de serlo", traducible en que "si queremos tener influencia tendremos que actuar como UE y no como un grupo de países que se mueven en la escena global". A su juicio hay demasiada Europa en el mundo y muy poca Unión Europea. En el Fondo Monetario Internacional, en el G-8, en el G-20 o en el Consejo de Seguridad "hay exceso de presencia europea y falta presencia de la UE". Califica de irracional que Bélgica tenga más peso en el FMI que Brasil, o que el Benelux tenga más poder de voto que China y se pregunta si los europeos seremos capaces de sacrificar el orgullo nacional en el altar de la UE. "A algunos países les va a resultar muy difícil", aventura.

A Solana no le cuesta reconocer que la geografía y la historia de Europa constituyen una traba para el desarrollo de una política exterior común, pero como optimista inveterado que es, considera que el nutrido abanico de sensibilidades aporta una riqueza que, bien aprovechada, puede convertirse en un formidable activo.

La realidad es que hasta ahora el ADN posmoderno, la geografía, la historia y las distintas sensibilidades de los Veintisiete han frenado los avances. Por aludir a los dos grandes polos, China sigue anclada en la idea de que un poder exige ganas y arrestos, y se mantiene a la espera de que la UE confirme su voluntad de ser y de estar en la escena internacional.

A ojos de Estados Unidos, Europa es más una colección de países que una Unión. La visita, hace dos semanas, de Angela Merkel a Washington coincidió con la cumbre anual entre EE UU y la UE. La presencia de Merkel fue estelar. La UE fue invisible. Un estudio del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR, en inglés) sobre las relaciones entre los Estados Unidos de Barack Obama y la UE da cuenta de la decepción con la que la Casa Blanca contempla a Europa y cómo Washington ve "a los miembros de la UE como unos niños: rehúyen responsabilidades y quieren sólo atenciones".

Es una situación que intenta cambiar el Tratado de Lisboa. Missiroli cree que el tratado encarrilará la política exterior de la Unión, pero necesitará tiempo. "Si hay una crisis prematura, la UE no estará preparada y las tensiones sobre el nuevo marco de la política exterior podrían tener efectos muy dañinos", advierte.


Una diplomacia ambiciosa y unificada
La mayor novedad del Tratado de Lisboa, que entrará en vigor el próximo 1 de diciembre, corresponde a la política exterior y de seguridad de la Unión, que se pretende unificada y eficaz. Estará encarnada en un alto representante que será también vicepresidente de la Comisión Europea. Esa doble función acabará con duplicaciones y celos ridículos existentes entre el Ejecutivo comunitario y el Consejo (Gobiernos de la Unión). Un ejemplo: en Afganistán, la Comisión, el representante especial de Javier Solana, la oficina de ayuda humanitaria y la misión de policía trabajan por separado. A partir de ahora, la diplomacia comunitaria quedará agrupada en un Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE) con miles de funcionarios, diplomáticos y militares repartidos entre Bruselas y las delegaciones de la Unión en 130 países. El presupuesto previsto ronda los 50.000 millones desde ahora hasta 2013.

Para el próximo jueves está previsto que los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión elijan al nuevo ministro de Exteriores de la Unión, que será la nueva cara de la política exterior y de seguridad comunitaria ante el mundo. Será la culminación de un proceso que ha resultado más turbio, opaco y trabajoso de lo previsto por ir de la mano de la elección de futuro presidente permanente de la Unión.

Otra novedad sustancial de Lisboa en la escena internacional es la de permitir las cooperaciones reforzadas en todos los ámbitos de la política exterior, incluida la defensa. Queda deslucida la ambiciosa medida por la doble exigencia de que haya un mínimo de dos tercios de los países de la Unión (nueve en la actualidad) dispuestos a emprender una determinada tarea y que deba contar con el apoyo unánime de los Veintisiete.

El tratado crea también la posibilidad de establecer una "cooperación estructurada permanente" abierta a Estados con elevadas capacidades militares y que hayan suscrito entre sí compromisos más vinculantes.