El papa Benedicto XVI ha iniciado su gira particular como máximo representante del estado del Vaticano y de la Iglesia Católica. La media luna es tierra que alberga los tres grandes credos monoteístas: el judaísmo, el islam y el cristianismo. El objetivo principal del Sr. Ratzinger, en esta ocasión, se centra en el islamismo y el judaísmo. Su mensaje para los líderes musulmanes no puede ser más significativo: “superar las incomprensiones”.
Es triste comprobar como en el nombre de Dios se ha matado y se sigue matando. Si hay algo que debería caracterizar a todo fenómeno religioso es la ausencia de violencia a favor de la presencia de la paz. Eso lo tenemos claro todas las religiones monoteístas (por lo menos en cuanto a mi iglesia se refiere), al margen de cuatro pirados de turno que bajo el manto de una fe promueven actitudes y valores irreconciliables con el mensaje religioso.Lo que realmente me llama la atención no son las palabras de armonía y paz que Benito ha dirigido a los fieles de Alá, sino su afirmación de asegurar “la libertad de religión y de conciencia”. No es que quiera cuestionar su sinceridad, pero me cuesta creer esta afirmación. Y me cuesta creerla porque si miro hacia el pasado puedo comprobar que el catolicismo no fue ni mucho menos el paradigma de la libertad de culto y de conciencia. Este es un hecho más que demostrable. La historia revela que el catolicismo, lejos de permitir la mal llamada “herejía” (léase la bien llamada "sana y verdadera discrepancia"), la intentó reducir a sangre y fuego. La libertad de religión y de conciencia se la pasaron por el forro de la mitra, y si no que se lo pregunten a Lutero, porque sus libros y declaraciones todavía hablan hoy para aquel que quiera escuchar.Y cuando miro hacia el futuro me doy cuenta que estas palabras tan solo suponen una estrategia política para mantener bajo control a estas dos grandes religiones monoteístas. ¿Qué como lo sé? No es que sea profeta y tenga la capacidad de ver lo por venir. Se trata de leer en la profecía apocalíptica para ver que nos deparará la historia. Y cuando me acerco al libro profético de Apocalipsis, puedo escuchar la voz de Dios anunciando un futuro de intolerancia religiosa hacia otras formas de creer que no se ajustarán a los presupuestos papales.En el capítulo 13 de este último libro de la Biblia Dios revela que pronto se establecerá una alianza político-religiosa entre la nación más importante de este planeta y la iglesia más influyente de esta tierra, cuyo resultado será lo más opuesto a las palabras del máximo líder católico. Esta alianza promulgará una ley para “hacer matar a todo el que no la adorase ( léase “al poder religioso que habla de libertad”) (Apocalipsis 13:15).Tiempo al tiempo. Cuando estas cosas comiencen a suceder, acuérdate que desde este blog ya te lo advertimos. Pero no nos recuerdes a nosotros, sino a Aquel que dijo: “Y ahora os lo he dicho antes que suceda, para que cuando suceda, creáis.” (Juan 14:29).