El tan cacareado "consenso científico" sobre la influencia del hombre en el clima no es real. Una plataforma de 150 científicos de 15 países afirma que no existen "evidencias" empíricas al respecto, por lo que se oponen a las medidas que se negocian en la Cumbre de Copenhague.
2009-12-09
M. Llamas
¿Consenso? La pregunta es... ¿dónde? Cerca de 150 científicos del clima han constituido una plataforma que se opone a la hipótesis que defiende el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de la ONU (IPCC).
Frente al IPCC, estos escépticos han formado una plataforma científica alternativa. La denominada Coalición Científica Internacional del Clima (ICSC, en sus siglas en inglés) agrupa a decenas de científicos, economistas y expertos en energía con el objetivo de promover una mejor comprensión e información pública respecto al cambio climático.
Este grupo reclama a la ONU que presente "evidencias convincentes" de que la emisión de gases de efecto invernadero producida por el hombre es origen y causa del calentamiento global. Y es que, numerosos estudios científicos niegan que el cambio climático sea provocado por la actividad humana (origen antropogénico). Por ello, se oponen a la implantación de "costosas" medidas económicas y medioambientales destinadas a limitar la emisión de CO2 cuando la ciencia no ha logrado, de momento, demostrar hasta qué punto la acción del hombre influye sobre la temperatura del planeta.
Además, según Tim Patterson, climatólogo de la Universidad de Carleton (Canadá) y miembro del ICSC, el escándalo del Watergate Climático (Climategate) ha desvelado que la cúpula vinculada al IPCC ha "distorsionado" las temperaturas medias con el fin de exagerar la tendencia al calentamiento. La ONU debe exigir, por ello, "un nuevo examen a fondo de la evidencia científica que apoya las acciones de mitigación propuestas" por el IPCC en la Cumbre de Copenhague.
De hecho, tal revisión "no debería limitarse a una mera auditoría sobre los datos de temperatura, sino que también debe incluir una reevaluación de muchas de las afirmaciones relacionadas con el clima aceptadas por los políticos y los medios de comunicación de todo el mundo", añade.
Y es que, los escépticos niegan que existan pruebas científicas concluyentes respecto a tres cuestiones básicas comúnmente aceptadas: el cambio climático reciente es inusual en comparación con los registros históricos; las emisiones humanas de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero (GEI) suponen un impacto peligroso para el clima; y los modelos informáticos que emplea el IPCC son indicadores fiables del clima futuro.
Por el contrario, "la ciencia del cambio climático no está resuelta, sino que está evolucionando rápidamente mediante importantes descubrimientos, muchos de los cuales contradicen las conclusiones del IPCC", indica Robert M. Carter, del departamento de Geofísica de la Universidad James Cook (Australia). Advierte de que la ciencia todavía no ha logrado demostrar la influencia negativa de la actividad humana sobre el aumento de temperaturas, por lo que los gobiernos no deberían restringir las emisiones de CO2, al menos hasta que la ciencia del clima "madure" y demuestre de forma irrefutable esta relación.
"Si bien las políticas destinadas a conservar la energía, reducir la contaminación y ayudar a los países pobres a adaptarse al cambio climático son importantes, la limitación de las emisiones de gases de efecto invernadero en un esfuerzo por controlar el clima no tiene sentido, dado el estado actual del conocimiento científico", indica Wibjörn Karlén, profesor emérito de Geografía Física de la Universidad de Estocolmo (Suecia).
Este grupo de 150 científicos remitió el martes una carta al secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, rechazando la teoría del calentamiento del IPCC y las medidas políticas que se están discutiendo en la Cumbre de Copenhague.