La policía de Yemen detuvo a un ciudadano de EE. UU. sospechoso de tener contactos con terroristas. Según las fuerzas de seguridad, un joven que trabajó en algunas plantas nucleares estadounidenses es un supuesto miembro de Al-Qaeda.
Sharif Mobley, de 26 años y origen somalí, fue arrestado junto con otros 10 sospechosos en la capital yemenita, Saná, a principios de marzo. Luego fue enviado a un hospital local, donde robó una pistola y trató de huir, matando a un guardia.
Los investigadores insisten en que Mobley, residente en el estado de Nueva Jersey, fue a Yemen para incorporarse en la organización terrorista. Sus parientes rechazan su culpa, pero, de acuerdo con algunos datos, Sharif es adepto al Islam radical y coopera con el grupo terrorista Al-Qaeda.
Se ha sabido que el norteamericano transportó las cargas a las plantas nucleares, situadas en los estados de Nueva Jersey, de Maryland y de la Mancomunidad de Pensilvania. Las autoridades todavía no le han acusado de organizar atentados allí, pero examinan esta posibilidad y tratan de aclarar si Mobley tuvo acceso a información confidencial.
El servicio de inteligencia estadounidense y las autoridades de Yemen sospechan que Mobley forma parte de una unidad de Al Qaeda que planeó hacer estallar un avión de pasajeros de EE. UU. que volaba de Ámsterdam a Detroit a finales del año pasado. También fue relacionado con el comandante del Ejército de Tierra Malik Hasan, que mató a 12 soldados y dejó a 31 heridos en una base militar estadounidense en noviembre de 2009.
Algunos investigadores ya han indicado varias veces que ha aparecido un nuevo fenómeno en la sociedad norteamericana en el que los musulmanes de EE. UU. se unen con los grupos terroristas del extranjero. Asimismo, el servicio de seguridad del país tiene información de que los estadounidenses, procedentes de Somalí, se van allí para participar en una yihad. Por eso, este organismo expresa últimamente el temor de que puedan regresar y organizar actos terroristas en el Estado
Las calamidades en tierra y mar, la inestabilidad social, las amenazas de guerra, como portentosos presagios, anuncian la proximidad de acontecimientos de la mayor gravedad. Las agencias del mal se coligan y acrecen sus fuerzas para la gran crisis final. Grandes cambios están a punto de producirse en el mundo, y los movimientos finales serán rápidos.—Joyas de los Testimonios 3:280 (1909). Elena de White
video: Un terrorista de Al Qaeda trabajó en algunas plantas nucleares de EE. UU.
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