EL SOL ACABA DE DESPERTAR Y NO SON BUENAS NOTICIAS, SEGÚN CIENTÍFICOS


La tormenta solar del fin del mundo
Una llamarada solar / AB
ActualizadoMiércoles , 24-02-10 a las 14 : 11
El escenario podría ser cualquier gran ciudad de Estados Unidos, China o Europa. La hora, por ejemplo, poco después del anochecer de cualquier día entre mayo y septiembre de 2012. El cielo, de repente, aparece adornado con un gran manto de luces brillantes que oscilan como banderas al viento. Da igual que no estemos cerca del Polo Norte, donde las auroras suelen ser comunes. Podría tratarse perfectamente de Nueva York, Madrid o Pekín. Pasados unos segundos, las bombillas empiezan a parpadear, como si estuvieran a punto de fallar. Después, por un breve instante, brillan con una intensidad inusitada... y se apagan para siempre. En menos de un minuto y medio, toda la ciudad, todo el país, todo el continente, está completamente a oscuras y sin energía eléctrica. Un año después, la situación no ha cambiado. Sigue sin haber suministro y los muertos en las grandes ciudades se cuentan por millones. En todo el planeta está sucediendo lo mismo. ¿El causante del desastre? Una única y gran tormenta espacial, generada a más de 150 millones de kilómetros de distancia, en la superficie del Sol.
Y no es que de repente hayamos decidido alinearnos entre las filas de los catastrofistas que predican el fin del mundo precisamente para 2012. Pero lo descrito arriba es exactamente lo que pasaría si el actual ciclo solar (que acaba de empezar después de más de un año de completa inactividad) fuera sólo la mitad de violento de lo que se espera. Así lo dice, sin tapujos, uninforme extraordinario financiado por la NASA y publicado hace menos de un año por laAcademia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos (NAS). Y resulta que, según el citado informe, son precisamente las sociedades occidentales las que, durante las últimas décadas, han sembrado sin quererlo la semilla de su propia destrucción.
«Un posible desastre»Se trata de nuestra actual forma de vida, dependiente en todo y para todo de una tecnología cada vez más sofisticada. Una tecnología que, irónicamente, resulta muy vulnerable a un peligro extraordinario: los enormes chorros de plasma procedentes del Sol. Un plasma capaz de freir en segundos toda nuestra red eléctrica (de la que la tecnología depende), con consecuencias realmente catastróficas. «Nos estamos acercando cada vez más hasta el borde de un posible desastre», asegura Daniel Baker, un experto en clima espacial de la Universidad de Colorado en Boulder y jefe del comité de la NAS que ha elaborado el informe.
Según Baker, es difícil concebir que el Sol pueda enviar hasta la Tierra la energía necesaria para provocar este desastre. Difícil, pero no imposible. La superficie misma de nuestra estrella es una gran masa de plasma en movimiento, cargada con partículas de alta energía. Algunas de estas partículas escapan de la ardiente superficie para viajar a través del espacio en forma de viento solar. Y de vez en cuando ese mismo viento se encarga de impulsar enormes globos de miles de millones de toneladas de plasma ardiente, enormes bolas de fuego que conocemos por el nombre de eyecciones de masa coronal. Si una de ellas alcanzara el campo magnético de la Tierra, las consecuencias serían catastróficas.
Nuestras redes eléctricas no están diseñadas para resistir esta clase de súbitas embestidas energéticas. Y que a nadie le quepa duda de que esas embestidas se producen con cierta regularidad. Desde que somos capaces de realizar medidas, la peor tormenta solar de todos los tiempos se produjo el 2 de septiembre de 1859. Conocida como «El evento Carrington», por el astrónomo británico que lo midió, causó el colapso de las mayores redes mundiales de telégrafos (imagen bajo estas líneas). En aquella época, la energía eléctrica apenas si empezaba a utilizarse, por lo que los efectos de la tormenta casi no afectaron a la vida de los ciudadanos. Pero resultan inimaginables los daños que podrían producirse en nuestra forma de vida si un hecho así sucediera en la actualidad. De hecho, y según el análisis de la NAS, millones de personas en todo el mundo no lograrían sobrevivir.
La tormenta solar del fin del mundo
El informe subraya la existencia de dos grandes problemas de fondo: El primero es que las modernas redes eléctricas, diseñadas para operar a voltajes muy altos sobre áreas geográficas muy extensas, resultan especialmente vulnerables a esta clase de tormentas procedentes del Sol. El segundo problema es la interdependencia de estas centrales con los sistemas básicos que garantizan nuestras vidas, como suministro de agua, tratamiento de aguas residuales, transporte de alimentos y mercancías, mercados financieros, red de telecomunicaciones... Muchos aspectos cruciales de nuestra existencia dependen de que no falle el suministro de energía eléctrica.
Ni agua ni transporteIrónicamente, y justo al revés de lo que sucede con la mayor parte de los desastres naturales, éste afectaría mucho más a las sociedades más ricas y tecnológicas, y mucho menos a las que se encuentran en vías de desarrollo. Según el informe de la Academia Nacional de Ciencias norteamericana, una tormenta solar parecida a la de 1859 dejaría fuera de combate, sólo en Estados Unidos, a cerca de 300 de los mayores transformadores eléctricos del país en un periodo de tiempo de apenas 90 segundos. Lo cual supondría dejar de golpe sin energía a más de 130 millones de ciudadanos norteamericanos.
Lo primero que escasearía sería el agua potable. Las personas que vivieran en un apartamento alto serían las primeras en quedarse sin agua, ya que no funcionarían las bombas encargadas de impulsarla a los pisos superiores de los edificios. Todos los demás tardarían un día en quedarse sin agua, ya que sin electricidad, una vez se consumiera la de las tuberías, sería imposible bombearla desde pantanos y depósitos. También dejaría de haber transporte eléctrico. Ni trenes, ni metro, lo que dejaría inmovilizadas a millones de personas, y estrangularía una de las principales vías de suministro de alimentos y mercancías a las grandes ciudades.
Los grandes hospitales, con sus generadores, podrían seguir dando servicio durante cerca de 72 horas. Después de eso, adiós a la medicina moderna. Y la situación, además, no mejoraría durante meses, quizás años enteros, ya que los transformadores quemados no pueden ser reparados, sólo sustituidos por otros nuevos. Y el número de transformadores de reserva es muy limitado, así como los equipos especializados que se encargan de instalarlos, una tarea que lleva cerca de una semana de trabajo intensivo. Una vez agotados, habría que fabricar todos los demás, y el actual proceso de fabricación de un transformador eléctrico dura casi un año completo...
El informe calcula que lo mismo sucedería con los oleoductos de gas natural y combustible, que necesitan energía eléctrica para funcionar. Y en cuanto a las centrales de carbón, quemarían sus reservas de combustible en menos de treinta días. Unas reservas que, al estar paralizado el transporte por la falta de combustible, no podrían ser sustituidas. Y tampoco las centrales nucleares serían una solución, ya que están programadas para desconectarse automáticamente en cuanto se produzca una avería importante el las redes eléctricas y no volver a funcionar hasta que la electricidad se restablezca.
Sin calefacción ni refrigeración, la gente empezaría a morir en cuestión de días. Entre las primeras víctimas, todas aquellas personas cuya vida dependa de un tratamiento médico o del suministro regular de sustancias como la insulina. «Si un evento Carrington sucediera ahora mismo -asegura Paul Kintner, un físico del plasma de la Universidad de Cornell, de Nueva York- sus efectos serían diez veces peores que los del huracán Katrina». En realidad, sin embargo, la estimación de este físico se queda muy corta. El informe de la NAS cifra los costes de un evento Carrington en dos billones de dólares sólo durante el primer año (el impacto del Katrina se estimó entre 81 y 125 mil millones de dólares), y considera que el periodo de recuperación oscilaría entre los cuatro y los diez años.
Por supuesto, el informe no se limita a describir escenarios de pesadilla sólo en los Estados Unidos. Tampoco Europa, o China, se librarían de las desastrosas consecuencias de una tormenta geomagnética de gran intensidad.
Tomar precaucionesLa buena noticia, reza el informe, es que si se dispusiera del tiempo suficiente, las compañías eléctricas podrían tomar precauciones, como ajustar voltajes y cargas en las redes, o restringir las transferencias de energía para evitar fallos en cascada. Pero, ¿Tenemos un sistema de alertas que nos avise a tiempo? Los expertos de la NAS opinan que no. Actualmente, las mejores indicaciones de una tormenta solar en camino proceden del satélite ACE (Advanced Composition Explorer). La nave, lanzada en 1997, sigue una órbita solar que la mantiene siempre entre el Sol y la Tierra. Lo que significa que puede enviar (y envía) continuamente datos sobre la dirección y la velocidad de los vientos solares y otras emisiones de partículas cargadas que tengan como objetivo nuestro planeta.
ACE, pues, podría avisarnos de la inminente llegada de un chorro de plasma como el de 1859 con un adelanto de entre 15 y 45 minutos. Y en teoría, 15 minutos es el tiempo que necesita una compañía eléctrica para prepararse ante una situación de emergencia. Sin embargo, el estudio de los datos obtenidos durante el evento Carrington muetran que la eyección de masa coronal de 1859 tardó bastante menos de 15 minutos en recorrer la distancia que hay desde el ACE hasta la Tierra. Por no contar, además, que ACE tiene ya once años y que sigue trabajando a pesar de haber superado el periodo de actividad para el que había sido diseñado. Algo que se nota en el funcionamiento, a veces defectuoso, de algunos de sus sensores, que se saturarían sin remedio ante un evento de esas proporciones. Y lo peor es que no existen planes para reemplazarlo.
Para Daniel Baker, que formó parte de una comisión que hace ya tres años alertó de los problemas de este satélite, «no tener una estrategia para sustituirlo cuando deje de funcionar es una completa locura». De hecho, otros satélites de observación solar, como SOHO, no pueden proporcionarnos alertas tan inmediatas ni tan fiables como las de ACE. Para Baker y los demás investigadores que han elaborado el informe, el mundo probablemente no hará nada para prevenirnos de los efectos de una tormenta solar devastadora hasta que ésta, efectivamente, suceda.
Algo que, según el informe, podría ocurrir mucho antes de lo que nadie imagina. La «tormenta solar perfecta», de hecho, podría tener lugar durante la primavera o el otoño de un año con alta actividad solar (como lo será 2012). Y es precisamente en esos periodos, cerca de los equinoccios, cuando serían más dañinas para nosotros, ya que es entonces cuando la orientación del campo magnético terrestre (el escudo que nos proteje de los vientos solares), es más vulnerable a los bombardeos de plasma solar.


La mayor tormenta solar en 500 días inquieta a los científicos

ActualizadoMiércoles
, 07-04-10
a las 15 : 52
Una vez más, y esta vez con más fuerza y de forma totalmente inesperada, el Sol ha dado muestras de que ha despertado de su letargo. Eltelescopio espacial 'Tesis' registró el lunes la mayor tormenta geomagnética desde octubre de 2008, según informa el Instituto ruso de Física 'Lebedev'. La tormenta solar alcanzó el nivel 7 en una escala de 10, el máximo histórico del último año y medio. Su fase activa se prolongó de las 10.00 a las 19.00 horas. "No se han producido fluctuaciones de tal magnitud durante 540 días, desde el 11 de octubre de 2008", aseguran los técnicos. Una gran actividad solar no presagia nada bueno en un mundo absolutamente dependiente de la tecnología.
En principio, las tormentas geomagnéticas tan poderosas pueden influir en sistemas globales del suministro energético, así como provocar cortes en el trabajo de satélites de navegación y emisiones de radio. Por ahora, se desconoce si esta vez se registraron percances similares.
Además de fuerte, los rusos indican que la tormenta de ayer fue totalmente "inesperada", ya que ninguno de los principales centros de investigación mundiales pronosticaba la víspera un cambio tan drástico en el estado de la magnetosfera. La tormenta es la última de una serie de avisos. Después de un período de tranquilidad que comenzó a principios de 2008, el 22 de enero, Tesis registró un máximo histórico de llamaradas solares, la cifra más alta de los últimos cinco añosy equiparale al total de explosiones solares que se observaron en 2009. Los científicos advierten de que estos movimientos no presagian nada bueno para un mundo para vez más dependiente de la navegación por satélite.
Un informe financiado por la NASA y publicado por la Academia de Ciencias de los Estados Unidos (NAS) hace más de un año ya advertía de que si el actual ciclo solar es la mitad de violento de lo que se espera puede provocar una catástrofe sin precedentes. Grandes ciudades de todo el mundo podrían quedarse a oscuras y sin energía eléctrica. Un año después la situación sería igual y los muertos se contarían por millones. El año previsto para semejante apocalipsis es, precisamente, 2012, el elegido por los catastrofistas para situar el fin del mundo.

ATAQUE BIOLÓGICO PARA EL 2013

SALFATE Y EL PROYECTO HAARP



SOLDADOS AMERICANOS MATAN CIVILES EN IRAK



El sitio web Wikileaks.org publicó el 5 de abril un video en el que un helicóptero Apache del ejército estadounidense mata a tiros a varias personas en Irak, incluyendo a dos miembros de la agencia de prensa Reuters, en julio de 2007.

3,4 MILLONES DE DESEMPLEADOS EN LOS EE.UU.

Los beneficios por desempleo son un obstáculo en la recuperación económica de Estados Unidos. Tanto demócratas como republicanos han reanudado la batalla sobre una posible prórroga, cuando los legisladores regresen la próxima semana de su receso de primavera. Este pasado lunes el Parlamento no votó sobre si estas ayudas deben continuar o no.

Cerca del 23 por ciento de los desempleados de EE. UU., que es casi 3,4 millones de personas, desde hace un año o más no pueden encontrar el trabajo. Como indica el nuevo informe de centro de estudios de Pew, es la cifra más alta desde la Segunda Guerra Mundial. La mayoría de los desempleados son mayores de 55 años.

La Gran Depresión fue una grave crisis económica mundial que se prolongó durante la década anterior a la Segunda Guerra Mundial. Hoy los EE. UU. sufren algo parecido.

Según cifras oficiales, el desempleo en dicho país se estima actualmente en el 9,7 por ciento. Sin embargo, sin contar las personas que han dejado de buscar trabajo o aceptaron empleo a tiempo parcial, se acerca al 17 por ciento de la población activa.

El crecimiento de los desempleados implica un aumento de la partida en el presupuesto. Si en el año fiscal de 2005 los gastos por prestaciones de desempleo ascendieron a 33.000 millones de dólares, este año se estiman en 168.000 millones de dólares.

Fue la depresión más larga en el tiempo, de mayor profundidad y la que afectó a más países de las sufridas en el siglo XX.

“Creemos que la tasas de desempleo se mantendrán en los niveles actuales, en un 10%. Pero eso no significa que las cosas no puedan mejorar. En todo caso creo que este indicador no llegará más allá de este 10%. Todo depende de la segunda mitad de este año y cómo reaccione el mercado laboral. Sin embargo, hay que aclarar que este es sólo el comienzo de lo que se necesita para volver a los indicadores previos a la crisis economica”, dice Stu Hoffman, economista de Fundación PNC

Por una parte, la gente entiende que la economía podría mejorar, pero por otra parte también se puede notar en la sociedad que habrá un coste demasiado alto, en términos de ayuda federal para quienes más sufren la recesión. Por ejemplo, hablando con los desempleados en las calles, ellos dicen que si les quitan los beneficios ahora cuando más se necesitan, las opciones de mantenerse hasta conseguir empleo se hacen prácticamente inexistentes.

En el último debate, los senadores demócratas rechazaron las acusaciones de los republicanos opositores. Ellos eran acusados de haberse retractado de una propuesta republicana para aprobar rápidamente una semana adicional de beneficios que se financiaría con una asignación presupuestaria. Los oponentes a los beneficios por desempleo argumentan que la propuesta añadiría 9 millones a un déficit federal plagado de gasto público.

El Senado tiene programado votar cuando los legisladores regresen el lunes próximo a sus funciones, pero los activistas en favor del trabajador advierten que la gente no puede, ni esta en condiciones de esperar. Y es que la generación de empleos no llegará probablemente hasta finales de año... Una solución sólo parcial ya que no todos los sectores de la economía se recuperan con la misma rapidez.

Si los legisladores siguen veteando este proyecto, ya es en esta semana, cerca de 212.000 personas por todo el país perderán el apoyo financiero vital, ha advertido el sindicato de los trabajadores de servicios, más influyente en el país.

Esta coalición sostiene que más de 2,2 millones de personas en Estados Unidos y Canadá, están en serios problemas y la cifra continúa creciendo rápidamente. Y los expertos de la Asociación Sociológica Americana confirmaron que el deterioro de los problemas socio-económicos en los EE. UU. en los últimos años, crea condiciones favorables para el resurgimiento del sindicalismo.

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