Los ultraconservadores hacen una demostración de fuerza ante la estatua de Lincoln

El locutor Glenn Beck congrega a decenas de miles en Washington para "despertar a América a los valores y principios de Dios" y rendir homenaje a las tropas
DAVID ALANDETE - Washington - 28/08/2010 elpais.com


La ultraderecha de Estados Unidos, agrupada en torno al movimiento ciudadano del Tea Party, se manifestó este sábado en el mismo lugar y el mismo día, 47 años después, en que el reverendo Martin Luther King, líder de la lucha por los derechos civiles, pronunció su célebre discurso "Yo tengo un sueño". Sus convocantes aseguran que la concentración no fue de índole política, sino una celebración del renacimiento de la nación norteamericana en la fe cristiana.

De ese modo, de hecho, comenzó el discurso del presentador de televisión Glen Beck, uno de los más críticos con el presidente Barack Obama y convocante oficial de la concentración. "Durante demasiado tiempo, este país ha estado en las tinieblas. Nos hemos perdido en la oscuridad", dijo Beck, frente al Monumento a Abraham Lincoln. "Pero hoy celebramos algo más grande que el ser humano. Hoy América vuelve a dios".

Tanto Bleck como Sarah Palin, que también compareció ante las decenas de miles de ciudadanos llegados de todo el país, aseguraron que, con el mitin, querían recuperar la tradición de lucha por los derechos civiles instaurada por Abraham Lincoln (el presidente que acabó con la esclavitud) y asumida por el doctor King.

"Hoy, aquí, en la un momento crucial de nuestra historia, hagamos que este día sea el momento de cambio", dijo Palin. "Mirad a vuestro alrededor. No estáis solos. Sois americanos. Tenéis una columna vertebral de acero y el mismo coraje moral de [George] Washington, Lincoln y Martin Luther King"

A pesar de ello, entre las decenas de miles de ciudadanos concentrados, no había más de un puñado de afroamericanos, aunque Washington es una capital con un 55% de población de raza negra. Las únicas imágenes que se veían de Obama eran aquellas en las que le habían dibujado un bigote similar al que lució Adolf Hitler. Un hombre se paseaba por las escalinatas del Monumento a Lincoln con una camiseta en la que se leía: "Obama es un racista".

Ese es un argumento repetido por muchos de estos ciudadanos. "Aquí hay racismo inverso", aseguraba Mariah Martin, de 49 años, llegada de Pensilvania. "Vienen aquí desde México y se adueñan del Estado. Quieren que las escuelas sean en español. Quieren hablar su idioma. Se niegan a aprender inglés". Y añadía: "La ley de Arizona [que permitiría a los policías comprobar si aquellos a los que detienen tienen los papeles en regla, paralizada cautelarmente por un juzgado] es un paso en la dirección adecuada".

"¡Este es un país de mayoría blanca! ¡Un país de familias! ¿Por qué me tienen que venir a mí a imponer los derechos y las obligaciones de una minoría? Los musulmanes son minoría. Los gays también. Como tal, deben conformarse con lo que tienen, no imponernos sus ideas a la fuerza", explicaba Carol Hunt, de 67 años, de Nevada. "Y además el Gobierno está destruyendo nuestra economía".

Otros ciudadanos reunidos aquí hacían un análisis más fino de la gran operación de secuestro del país en la que creen que toma parte Obama. "De lo que se debate aquí es de cómo vemos la constitución. Obama cree que es un texto a interpretar, del que puede partir, para modificarlo. Nosotros creemos que es un texto sagrado, intocable, que ha funcionado durante 200 años, los de mayor prosperidad del mundo. Gracias a nuestra constitución, la mayoría de países del mundo han recibido nuestra ayuda y se han beneficiado de nosotros", aseguraba John Loconto, de 43 años, llegado de Atlanta.

Esa concentración, plagada de banderas norteamericanas y camisetas con la imagen de presidentes como Ronald Reagan o George Washington, fue interpretada como una afrenta por los líderes históricos del movimiento de lucha por los derechos civiles. El hijo de Martin Luther King acudió, de hecho, a una contramanifestación, organizada en un instituto cercano por el reverendo afroamericano Al Sharpton, quien acusó a Beck de convocar un acto en el que había de todo menos diversidad. "Estamos aquí para luchar, y no vamos a permitir que deis marcha atrás en nuestros derechos", dijo el reverendo ante la multitud.

El Tea Party (un movimiento conservador que toma su nombre del llamado motín del te de 1773, en el que los colonos americanos se rebelaron contra la corona británica porque ésta quería cobrarles impuestos) mostraba así músculo en una semana en la que ha conseguido importantes victorias en las primarias que se han celebrado de cara a las elecciones de noviembre.

Por un lado, tras unas primarias celebradas el martes, en Florida los candidatos de la ultraderecha son ya los representantes oficiales del Partido Republicano al Gobierno del Estado y al Senado federal. Además, gracias a una maniobra de la ex gobernadora Sarah Palin, un desconocido simpatizante del Tea Party ha logrado una victoria, todavía provisional, a falta del cómputo de los votos por correo, en la candidatura al Senado por Alaska.

Si esa victoria contra el 'status quo' republicano de Alaska se confirma, el Tea Party tendrá ya cinco candidatos al Senado federal en noviembre: en Alaska, Florida, Colorado, Nevada y Kentucky. Todavía quedan por celebrarse primarias en nueve Estados y el Distrito de Columbia, sede de la capital. El dos de noviembre se celebran las elecciones, en las que se decidirá quiénes ocupan 37 de los 60 escaños del Senado, a parte de la totalidad de la Cámara de Representantes y las sedes de Gobierno de 36 Estados.

Y ahora, ¿qué?

Las últimas tropas de combate de EE UU pondrán fin el martes a siete años de ocupación. Atrás dejan un Estado empobrecido, inseguro y corrupto, donde amplias zonas del país carecen de agua y luz. La reconstrucción ha sido una entelequia.
JUAN MIGUEL MUÑOZ 29/08/2010 elpais.com


Hay quien habla de la época dorada de Irak, cuando el general Abdel Karim Kassem derrocó al rey Faisal II en 1958 y durante un lustro se emprendieron reformas agrícolas aplaudidas por los campesinos, se fundaron sindicatos profesionales y se autorizaron los partidos políticos. Hubo cierta estabilidad, pero desde el asesinato de Kassem en 1963 y tras la llegada del partido Baaz al poder todo ha ido a peor. Durante el régimen fascista de Sadam Husein, o eras del Baaz o no había nada que hacer", sentencia el profesor de lengua árabe Hadi Atia. "Sentí una gran felicidad cuando Sadam fue ejecutado". A sus 70 años, Atia, de confesión chií, no distingue periodos mejores en la dramática historia reciente de Irak. "Desde que nací quizá he tenido una hora de felicidad: cuando vi derribar la estatua de Sadam. Después ya sabemos lo que vino".

Los iraquíes se temen lo peor. Lo que ocurrió en 2006 y 2007, cuando chiíes y suníes se enzarzaron en una guerra

En el polvoriento horno iraquí, a 50 grados centígrados, la gente solo tiene cuatro horas de electricidad al día

El Ministerio de Sanidad afirma que Irak dispone de 35.000 camas en hospitales cuando son necesarias 90.000

Más de 300.000 chavales no han pisado nunca una escuela y el 65% de los iraquíes no sabe manejar un ordenador

Bagdad es un laberinto de muros de hormigón en torno a los edificios oficiales, los mercados y los barrios conflictivos

Primero, la anarquía. Los saqueos fueron contemplados con desidia por las tropas norteamericanas. Edificios oficiales y cuarteles que no habían sido bombardeados fueron desvalijados, incendiados; el Museo de Arqueología, expoliado; muchas universidades, arrasadas. "En la de Nasiriya, excavaron hasta alcanzar los cimientos para llevarse el cemento", comenta Hasan Hadi, profesor de la Universidad de Bagdad. Washington decidió en aquellos días de 2003 desmantelar de un plumazo el Ejército iraquí, expulsar a los funcionarios sospechosos de pertenencia al Baaz, al que declaró ilegal, y fomentó el retorno de una élite política exiliada que se ha revelado nefasta.

"Deberíamos estar avergonzados de cómo hemos dirigido el país. Irak puede dirigirse hacia un sistema totalitario, lo queramos o no", admitía días atrás el vicepresidente Adel Abdul Mahdi, uno de esos expatriados a los que la Administración de George Bush ayudó en su retorno. Muchos iraquíes no creen que fuera un error. Opinan que Irak, donde hoy se palpan la venganza, la corrupción, el desasosiego y el desgobierno -cinco meses y medio después de las elecciones, los partidos son incapaces de pactar un Ejecutivo-, fue arrasado deliberadamente. Así que resulta difícil discernir a quién odia más la población. ¿A Estados Unidos o a los líderes políticos nacionales? Pero sobre todo, diez días después de que las unidades de combate estadounidenses abandonaran el país, se respira una angustiosa incertidumbre y una esquizofrenia paradójica. Por mucho que aborrezcan a "los americanos", muy pocos desean que se marchen. Se temen lo peor. Lo que ya sufrieron en 2006 y 2007, cuando los chiíes -aplastados sin piedad por el sátrapa Sadam durante un cuarto de siglo- y suníes se embarcaron en una guerra canalla después de la explosión que destruyó, en febrero de 2006, un importante mausoleo chií en Samarra, un centenar de kilómetros al norte de la capital.

Son ya tres décadas de desastre en desastre. La devastadora guerra contra Irán (1980-1988) dio pasó a la invasión de Kuwait (1990) y a la guerra del Golfo (1991). Después, 12 años de embargo económico decretado por Naciones Unidas sumió al país en una profunda depresión. Y tras siete años y medio de invasión angloamericana, Irak es un país insufrible que ahora está solo. Las grandes ONG tampoco trabajan en el aquí. "Hablar de progreso en Irak es una broma. Quienes se marchan dejan el país sumido en el caos. La idea de que ha terminado la ocupación y que los 50.000 soldados de Estados Unidos son un cuerpo de asesores es ridícula. Además, hay 11.000 agentes de seguridad extranjeros para proteger los intereses estadounidenses", critica la ONG británica Stop the War.

Bagdad es un laberinto de muros de hormigón que cercan todos los edificios oficiales, los mercados y algunos barrios especialmente conflictivos. Centenares de calles han sido cortadas por bloques de cemento. Alcanzar una dirección en coche, aunque se halle a 300 metros, exige a menudo un rodeo de tres kilómetros sorteando algunos de los cientos de controles policiales -a veces del Ejército- que salpican la capital y provocan un sinfín de atascos. Bajo toldos sujetados por cuatro barras de hierro o madera, los uniformados manejan unos artilugios que valen 6.000 euros y que presuntamente detectan explosivos o armas. Simplemente, no funcionan. Nada funciona. Casi nada se ha reconstruido. El diplomático estadounidense Paul Bremer, director de la Autoridad Provisional de la Coalición en 2003, proclamaba que la reparación de la red eléctrica era una prioridad. No escasean lugareños que recuerdan con sorna esas palabras.

En el polvoriento horno iraquí -50 o más grados centígrados, 35 por la noche- los ciudadanos disponen de energía eléctrica cuatro horas al día, en el mejor de los casos. En la periferia del país es mucho peor. En cada visita de este periodista, a poco que se prolongue más de media hora, indefectiblemente la luz se apaga. Hay que ingeniárselas. Infinidad de hogares disponen de un pequeño generador que permite encender bombillas y ventiladores. Gruesas marañas de cables sobrevuelan las calles sin asfaltar, y muchos barrios disponen de generadores más potentes instalados por ciudadanos que, a su aire, suplen a un Estado ausente. Tampoco es extraño que alguna de la pléyade de milicias controle a su antojo el generador.

Una sonrisa irónica emerge en los rostros de muchos iraquíes cuando se pronuncia la palabra reconstrucción. Y también de algunos occidentales. Habla una persona que conoce al dedillo la Zona Verde, el reducto fortificado de 11 kilómetros cuadrados, sede de los palacios del dictador ahorcado en diciembre de 2006: "El discurso oficial dice que todo va bien. Y una mierda. Un alto porcentaje de las ayudas a la cooperación se dedica a formar militares y policías. Hay 47 compañías privadas de seguridad. Ya no importan los pozos o los hospitales. Se destinan los fondos a rehabilitar un hospital, pero los supervisores estadounidenses no van a comprobarlo. Los intermediarios dicen que todo va bien, pero no se hace nada o casi nada". Se embolsan el dinero.

La inversión en seguridad es ingente. Y aunque la situación ha mejorado respecto a 2007, cunden las dudas sobre el futuro inmediato. El primer ministro, el chií Nuri al Maliki, afirmó el 12 de agosto que el Ejército y la policía de Irak serán capaces de proteger la seguridad después de la retirada total -mucha gente duda de que se lleve a cabo- de los militares estadounidenses en 2011. No lo cree así el jefe del Estado Mayor, Babakir Zebar: "El Ejército no estará consolidado y no será capaz de garantizar la seguridad hasta 2020. EE UU debería mantener tropas en Irak hasta entonces". El preso Tarek Aziz, ex ministro de Exteriores de Sadam y nada sospechoso de albergar simpatías por EE UU, afirmaba recientemente al diario The Guardian: "Con la retirada de las tropas de combate, Barack Obama ha entregado el país a los lobos. Somos víctimas de Estados Unidos y del Reino Unido. Mataron a nuestro país de muchas formas". Nadie las tiene todas consigo. "Las tropas de combate volverían a Irak si el Ejército iraquí fracasara completamente", apuntaba el general al mando de las tropas estadounidenses, Ray Odierno. Sin que desaparezcan los coches bomba y los asesinatos de policías y jueces, perpetrados a menudo con pistolas con silenciador, será imposible mejorar el desolador panorama para los 25 millones de iraquíes (alguna organización habla de 33 millones). Unas pinceladas.

El desempleo, según Naciones Unidas, se sitúa en el 30%, aunque hasta hace poco aseguraba que era del 50%. Nadie puede fiarse demasiado de las cifras oficiales, sobre todo porque en Irak no hay censo. Pero de la población activa, el 80% o 90% trabaja en el Ejército, la Policía, la Administración o en la industria del petróleo. Solo el Ministerio del Interior emplea a 600.000 personas. Los demás se buscan la vida y aguardan a comprobar si se afianzan las promesas -castillos en el aire, de momento- que se pregonan.

El Banco Central acaba de reducir el nivel de reservas que se exige a los bancos, del 20% al 15%, para fomentar la inversión. Pero el crédito al sector privado apenas existe. Entre otros motivos porque hablar de sector privado es pura fantasía en un país donde la economía subterránea domina el panorama y donde el Estado recauda el 95% de sus ingresos de la exportación de más de dos millones de barriles de petróleo al día, muy por debajo de lo que se vendía al exterior allá por 1979.

Millón y medio de iraquíes han abandonado sus hogares -paulatinamente comienzan a regresar-, desplazados por la orgía de violencia sectaria que acarreó la muerte de 3.000 civiles cada mes durante 2007. Entonces, apenas se podía salir de casa. Eran tiempos en que se secuestraba a grupos de personas que eran entregados a una milicia de otra confesión. Acababan en vertederos. Con la cabeza seccionada. Incluso había que pagar dinero por recuperar los cadáveres de la morgue. Ahora son unas 300 las víctimas cada mes. 100.000 civiles han perecido desde el 20 de marzo de 2003, día del inicio de la invasión. Más de un millón de refugiados residen en el extranjero. Algunas fuentes calculan que son tres los millones de huidos.

Más de 300.000 chavales entre 10 y 18 años no han pisado nunca una escuela y el 65% de los iraquíes no sabe manejar un ordenador. Hay un millón de viudas y tres millones de huérfanos. El Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas precisa que un millón de iraquíes bordea el hambre. Y eso que el 90% de la población recibe cierta cantidad de alimentos cada mes. Fuera de Bagdad, donde en los años ochenta las escaleras mecánicas que cruzaban las autopistas sorprendían a los visitantes foráneos, menos del 70% de la población dispone de agua potable, y en las zonas rurales, menos de la mitad. "Hoy tengo que poner un filtro en el grifo. Antes no era necesario en Bagdad", comenta Abu Sattar, un comerciante de especias del mercado de Shorja. Ni siquiera el 10% de los hogares está conectado a la red de alcantarillado fuera de la capital.

Abu Sattar tiene 49 años mal llevados, tal vez por sus 12 de servicio en el Ejército durante la guerra contra Irán y tras la invasión de Kuwait. "Me alegro de que capturaran a Sadam. Perdí a un hermano en la guerra y 12 años de mi vida en filas", se arranca. "Antes de 2003 no podíamos vender casi nada por el embargo. Si veíamos a alguien comer un plátano, ya sabíamos que era rico. Después hubo una revolución en la importación", cuenta el mercader. Más bien se trató del desmadre en el control de las fronteras. "Antes de 2003 había poco género, pero era más barato y la gente tenía algo de dinero. Ahora, los productos son más caros y la gente tiene menos dinero. La situación ha empeorado. Yo gano la mitad que antes de 2003".

Y es que la situación del sector agrícola es catastrófica. Cuatro años de severa sequía y el alistamiento de miles de campesinos en el Ejército y la Policía han dejado al campo sin labriegos. Se aprecia, dicen los comerciantes, en el suministro. Abu Yusef, bagdadí de 49 años, inquilino de las cárceles de Mosul, Basora y Abu Ghraib durante cuatro años e indultado en 2008, trabaja en una tienda de frutas y hortalizas en el céntrico barrio de Karrada. "Mi situación económica antes de 2003 era mejor. Tenía una granja y hacía trabajos de jardinería". Lo perdió todo y ahora no comprende la incompetencia de unos funcionarios cuya falta de cualificación produce estupor a diplomáticos extranjeros. "Antes importábamos muchas verduras. Pero ahora el Gobierno lo ha prohibido para fomentar la agricultura local, aunque no hay fertilizantes, agua ni trabajadores. Durante el Ramadán nos han autorizado a importar. No sabemos qué sucederá cuando termine". Difícil será promover la agricultura cuando los organismos oficiales son casi la única fuente formal de empleo. Buena parte de los nuevos soldados y reclutas son campesinos que se aferran al Ejército -un oficial puede ganar alrededor de 600 euros- como escapatoria a sus penurias. "América es culpable de lo que sucede. Son los poderosos", asevera Abu Yusef, aunque se apresura a precisar: "El Ejército y la Policía iraquí no están preparados. Tampoco el Gobierno. Preferiría que los americanos se quedaran y gobernaran Irak. Si quisieran, podrían hacerlo. Los políticos iraquíes solo complican las cosas. Solo se preocupan por el dinero y cómo sacarlo del país".

Abu Ghasan, 50 años, nacido en Kut, al sur de Bagdad, regenta un almacén de dulces. Lo tiene claro. "Todo ha empeorado desde 2003. Es muy sencillo: no hay empleo. Durante el Gobierno de Sadam, muchísimos iraquíes trabajaban para el Gobierno o el Ejército, y hoy se practica la misma política. El único cambio a mejor es que hoy puedes despotricar sobre el primer ministro. Pero creo que incluso esto será temporal. No soy optimista. Los países vecinos tampoco dejarán de meter las manos en nuestro país".

Se ha habituado a la desesperación Alaa Taha Omram, madre de dos hijos, licenciada en lengua persa y nacida en Al Duri, en la provincia de Saladino, patria chica de Sadam Husein. No esconde su nostalgia por los tiempos pasados esta mujer que camina sin hiyab por las calles. "No soy religiosa", enfatiza, aunque porte la etiqueta de suní. Trabajaba en el cuartel general del Partido Baaz. "Tenía una vida estable. Iba donde quería incluso a medianoche. Ya es imposible. Antes podía dar mi nombre y dirección sin problemas, pero ahora tengo miedo a darlo en los organismos oficiales para no ser controlada. Trabajo en una empresa de importación y exportación, algo que no se corresponde con mi cualificación, y mi salario es más alto, pero los precios han subido más que los sueldos". Especialmente la gasolina, que cuesta 10 veces más que en 2003.

No es que niegue las carnicerías perpetradas por Sadam, pero Alaa expone un argumento cuando menos peculiar. "Claro que la gente moría, es cierto, pero esas muertes se escondían. No se veían los cadáveres". "Me encantaría", prosigue, "que hubiera democracia, pero no estamos preparados. Los políticos hablan de democracia, como los americanos hablan de reconstrucción, pero no se ha hecho nada. ¿No lo ves?". Con todo, añade: "No es momento para que los soldados de Estados Unidos se retiren. Estallará el caos. Ellos son capaces de controlar a los partidos políticos. Alguien tiene que poner orden. Aunque detesto a los norteamericanos es mejor un poco de maldad que la maldad absoluta. Deben permanecer no para patrullar las calles, sino para meter en cintura al Gobierno. Temo que el país pueda ser desmembrado. Los kurdos por un lado; los chiíes, por otro, y los suníes, sin nada".

Camino de Sadeq -un pueblo agrícola con muchos cultivos ahora abandonados, en la provincia de Diyala-, los controles militares se encadenan cada pocos kilómetros. Allí vive Kassem Kadhim, que recuerda las perrerías que Al Qaeda y la milicia chií del clérigo Muqtada al Sader cometieron en el aciago bienio. Kassem, un radiólogo de 34 años, explica lo que sucede en los hospitales. "Antes de la caída del régimen trabajaba en el hospital de Baquba. Ganaba 15 dólares (12 euros) al mes, una miseria. Tomábamos dinero de los pacientes, unos pocos dinares que servían para hacerse con un par de dólares al día. Desde 2003 todo cambió. Ahora gano 550 euros, pero el equipo del que disponemos es el mismo que el de hace una década. Solo se han pintado las paredes del hospital, el dinero destinado a comprar equipos médicos se lo embolsó la red corrupta de contratistas iraquíes". Desde hace un par de años acude a diario a otro hospital, el de Sadeq. "Voy muy temprano, ficho y después de consultar mis páginas web preferidas me largo. El equipo de rayos X no funciona y no prestamos servicio a los pacientes. Me siento inútil. Al menos en Baquba, durante la guerra civil entre suníes y chiíes, acababa la jornada cubierto de sangre, pero hacía mi trabajo". El estado del sistema sanitario es deplorable. Los bagdadíes se quejan de que las clínicas no disponen de muchos medicamentos, otros están caducados o son fármacos de pésima calidad. El Ministerio de Sanidad asegura que Irak dispone de 35.000 camas en hospitales cuando son necesarias 90.000. "Para cualquier petición profesional tienes que sobornar al funcionario para luego no conseguir nada. Todo apesta a corrupción. El Gobierno no se preocupa de la gente, nos compra con los salarios. Esto es la jungla. Los chiíes nunca han tenido el poder ni el dinero, y ahora están ansiosos", se indigna Kassem, él mismo chií. Transparencia Internacional afirma que Irak es el quinto país más corrupto del mundo. Tampoco se priva el radiólogo de mostrar su rechazo a los americanos. Pero al igual que a gran parte de los iraquíes le produce más temor sus dirigentes que el invasor.

Ex militar reconvertido en electricista, Hashem Kadhim, hermano de Kassem, explica que "hay que pagar sobornos a todos". "Necesitamos", agrega, "empresas extranjeras para la reconstrucción. Aquí son todos como los ladrones del cuento de Alí Babá. Mira las carreteras. Deben tener 20 centímetros de grosor de asfalto, y acaban teniendo 7. Trabajé en la Zona Verde un año. Vi cómo los políticos se apropiaban de viviendas que no eran suyas, cómo se hacían con coches blindados y contaban con decenas de agentes de seguridad a su servicio. He visto cómo algún ministro se largaba de Irak después de desfalcar millones. He visto cómo los contratistas iraquíes se quedaban con la mitad del salario de los empleados, cómo se pagaban por bloques de hormigón diez veces el precio real". Hassem acompaña a su huésped en un paseo por el pueblo. Junto a las casas de ladrillo o adobe, algunas viviendas se ven espaciosas, varias plantas construidas con buenos materiales. "No creas que pertenecen a prósperos comerciantes. Son de suboficiales de rango menor que han robado todo lo que han podido", comenta indignado.

El escritor Amin Maaluf describe en su libro Las cruzadas vistas por los árabes cómo se las gastaban los crueles invasores cristianos, pero también las eternas reyertas, intrigas palaciegas, asesinatos e incluso alianzas con los jefes cristianos orquestadas por los emires musulmanes. Casi un milenio después, los líderes iraquíes parecen seguir la misma pauta, después de que el ocupante organizara el sistema político en torno a las diferentes sectas y etnias, seguramente como estas deseaban. "¡Pero si nos peleamos por los Madrid-Barcelona!", ríe Kassem, el radiólogo. "Ya he perdido la esperanza de que esto pueda mejorar. Muchos de mis compañeros fueron asesinados o partieron al exilio. Si pudiera, quemaría Irak para luego marcharme. Odio este país", lamenta Alaa, la baazista laica. "Solo el odio a los estadounidenses une a chiíes y suníes. Hay optimistas que dicen que es posible la reconciliación entre ambas sectas. Te digo la verdad: no es posible", afirma un hombre que prefiere ocultar su identidad.

EE UU debate si la economía necesita más estímulos

SANDRO POZZI - Nueva York - 30/08/2010

El paciente sigue en planta. Pero los especialistas se preguntan si con la medicina suministrada hasta ahora será suficiente para que pueda caminar por su propio pie, sin riesgo de que vuelva a pasar otra vez por el hospital. Y ahí está el problema, porque las grandes figuras de la economía y de las finanzas no se ponen de acuerdo sobre lo que se puede o debe hacer.

El cónclave de Jackson Hole, en el Estado de Wyoming, la versión estadounidense de Davos, cerró sus discusiones dominado por la cautela y la incertidumbre. Nada que ver con el mensaje de optimismo que dominó hace un año en ese idílico enclave en las Montañas Rocosas, cuando la mayoría empezó a ver la Gran Recesión por el espejo retrovisor.

Aunque el presidente de la Reserva Federal (Fed), Ben Bernanke, dijo que la recuperación en EE UU tomará fuerza a lo largo de 2011, los expertos vaticinan que el crecimiento será pobre y estará subordinado a una alta tasa de empleo durante al menos una década. El reto es grande, y se complica con el deterioro de las cuentas públicas.

Lo único que salió en claro del retiro anual organizado por la Reserva Federal de Kansas es que hay dos maneras de ver las cosas. Unos, los pesimistas, creen que habría que suministrar una nueva inyección de estímulos, para dar un último impulso al crecimiento y evitar una espiral deflacionista. A otros, los optimistas, lo que más les preocupa es el coste derivado de esa acción.

División en Wyoming
La misma división que afloró estos días en Jackson Hole es la que se vive en el seno del banco central de EE UU. Un debate que recuerda al que dominó en los años ochenta, entre los que apostaban por una intervención pública limitada, y los que atribuían al Gobierno un papel de liderazgo para pilotar la economía.

Y eso, como señalan los economistas de Bank of America, se traduce al final en definir el papel que le corresponde a la Fed a la hora de definir la estrategia de choque. La discusión interna es lo que permite al banco central buscar soluciones a los retos presentes.

Con los tipos de interés en la zona cero desde hace 20 meses, la Fed no tiene otra opción que ser imaginativa y recurrir a herramientas no convencionales, como la compra de activos hipotecarios y bonos para mantener el tipo de mercado lo más bajo posible. Pero no está claro el beneficio real de estas medidas.

El Plan de Google Para Silenciar Las Voces Discordantes en la Red






Paul Joseph Watson
Prison Planet.com
Traducción Trinity a Tierra
El acuerdo que pone punto y final a la neutralidad en la red firmado entre Google y Verizon es sólo el principio de los planes de Google para poner fin a Internet como parte de su agenda de toma de poder para controlar completamente el mundo de la red mundial y forzar el fin de la existencia de los sitios web de medios, radio y shows de TV independientes.
El acuerdo de Google con Verizon para acelerar el contenido de ciertos sitios de Internet a usuarios abre la puerta a la completa esterilización de la WWW como fuerza del cambio político. Bajo el plan de toma de poder de Google, Internet se parecerá mucho más a la televisión por cable, por lo que voces independientes serán silenciadas y la red entera   será comprada por los gigantes de los medios transnacionales.
La gente que quiere escribir un simple blog tendrá que pagar por ello, la televisión online y los shows de radio dejarán de existir a medida que Internet sea absorbida por el monstruo corporativo.
La verdadera neutralidad de la red significa que los informes de noticias independientes que atraen a la audiencial, porque dicen la verdad, puedan competir en igualdad de condiciones con los gigantes de la industria de los medios como ABC, CBS, y CNN. El pacto entre Google-Verizon terminará con esto y eliminará cualquier cosa que quede fuera de los medios de masa.
“Una internet no neutral significa que compañías como AT&T, Verizon y Google pueden convertir la red en televisión por cable y elegir ellos a los ganadores y perdedores en la conexión online”, escribe John Silver. “¿Es un  problema sólo para los usuarios de Internet?. En absoluto. Todos los servicios de vídeo, radio y teléfono, entre otros, pronto serán ofrecidos por medio de conexión a internet. Poner fin a la neutralidad de la Red terminará con el potencial revolucionario que tiene cualquier sitio web para actuar como una red de televisión y radio. Será el fin de nuestra oportunidad para acceder a los contenidos fuera del control masivo de los medios de las corporaciones”.
El acuerdo firmado también dividirá a Internet en dos sistemas de puerto con una de las vías  ciber-ancha donde las velocidades y servicios satisfactorios sólo se obtendrán por parte de aquellos que paguen sustanciosas cuotas.
El pacto tambien da a Google y a las grandes proveedores de servicios ISP, la posibilidad de bloquear ciertos sitios web en las redes sin cable, significando por ejemplo que lugares como Prison Planet o Infowars se harán inaccesibles para millones de personas (nota Trinity: y millones de sitios más modestos en su número de visitas también).
Una vez de que los críticos más feroces de Google hayan sido silenciados, la empresa puede seguir con el plan de implementar su programa de alertas de información respaldado por la CIA, que podrá registrar cuentas de Twiter, blogs y sitios web de todo tipo de información dejada por usuarios individuales, con objeto de usar estos datos para “predecir el futuro” y dirigir completamente las vidas y comportamiento de las vidas de la gente.
El CEO de Google Eric Schimidt ha anunciado que Google, en colaboración con la CIA, va a establecer el Big Brother más importante de la red que “sabrá tanto acerca de sus usuarios que el motor de búsqueda será capaz de ayudar a planificar sus vidas”, por medio de trazar constantemente su localización via teléfonos inteligentes y diciéndoles adónde ir y qué hacer.
Tampoco hay duda de que Google es una de las corporaciones frontales del impulso del gobierno par usar la ciberseguridad como pretexto para poner fin a la Internet libre, habiendo previamente trabajado con la NSA y la CIA.
El reciente escándalo relacionado con los vehículos de roaming de vista de las callesque podían acceder a los detalles wifi de los usuarios de internet y mapear sus actividades online ha levantado también serias cuestiones sobre sus relaciones con la inteligencia (red de espionaje) y el abuso de las leyes de privacidad.
Fuente 1 : Infowars
Fuente 2 : 
Trinityatierra

EL TEMOR A UNA RECAÍADA DE E.UU. HACE TEMBLAR OTRA VEZ LAS BOLSAS


La tensión en el mercado de divisas lleva al yen a máximos en más de 10 años
C. PÉREZ - Madrid - 25/08/2010


A pesar de que cada día hay buenos y malos datos susceptibles de ser interpretados -y a menudo sobreinterpretados- según sopla el viento, esta crisis durará más o menos 10 años, con suaves recuperaciones y recaídas. Llevamos apenas tres de esos 10 años. Si las Bolsas conservan aún cierto anclaje en la economía real -algo que es cada vez más discutible-, con los mercados sucederá más o menos lo mismo: los analistas empiezan a admitir que difícilmente serán capaces de dar rentabilidades consistentes durante casi una década. Aparentemente ajenas a esas perspectivas a largo plazo, las Bolsas mundiales llevan días rumiando acerca de la vuelta a la recesión de las grandes economías en los próximos meses. Una nueva hornada de cifras dio nuevos bríos ayer a esa tesis pesimista, y las Bolsas mundiales, desde Tokio hasta Nueva York pasando por las grandes plazas europeas, se dejaron entre el 1% y el 2%. La española bajó el 1,6% y vio peligrar la cota de los 10.000 puntos.

El dato de vivienda crea más dudas sobre la recuperación en EE UU
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Las ventas de viviendas usadas en EE UU se desploman un 27%

Double dip (recesión en W, o doble recesión) es el fantasma de moda en Wall Street desde hace tiempo. Y hay estadísticas que hacen temer lo peor: la venta de viviendas de segunda mano en EE UU se desplomó un 27% en julio -hasta el mínimo en 15 años- y ese dato se dejó notar en Nueva York y en el resto del mundo. Pero hay más cifras que dan fuerza al pesimismo imperante: la huida de los inversores hacia los bonos alemanes y estadounidenses (los más seguros) indica que la confianza vuelve a esfumarse.

España salió ayer relativamente bien parada de la nueva oleada de problemas. La subasta de letras del Tesoro fue un nuevo éxito. La prima de riesgo (el diferencial de los bonos españoles con los alemanes) subió, pero más por la caída de los intereses que pagan los bonos alemanes -en mínimos históricos- que por la desconfianza en la deuda española. Pero otras economías periféricas parecen tomar el relevo de España como diana de los mercados. Tras los problemas que han ido sufriendo Grecia, Portugal y España, es Irlanda la que ahora está en el disparadero: la Bolsa irlandesa se hundió ayer, con una caída cercana al 6%, y la prima de riesgo de Dublín está ya en máximos anuales por la desconfianza en sus bancos. Irlanda ha efectuado un ajuste drástico en su sector financiero, pero las dudas sobre el futuro del Anglo Irish Bank y el resto del sector bancario -en el que el Ejecutivo deberá, muy probablemente, inyectar más dinero público-, están castigando al anteriormente llamado Tigre Celta.

Y sin embargo Irlanda es solo una piedra en el estanque: EE UU es el principal foco de atención. El desplome de la venta de viviendas "es una más de un buen montón de noticias desalentadoras", aseguró a Bloomberg el analista Michael Holland. "Cada uno de los nuevos datos está por debajo de las expectativas", abundó Hank Smith, de Haverford. El Nobel Joseph Stiglitz explicó que el problema es que la economía estadounidense "no está saliendo de esta crisis tan rápido como se esperaba", por lo que auguró "un periodo de bajo crecimiento a largo plazo". Pese a que las dudas se han desplazado hacia EE UU, en Europa los problemas no han desaparecido: "Es una postura bastante absurda esa reducción general de las inversiones y esos planes de ajuste en toda la eurozona", dijo Stiglitz, para después añadir que la obsesión por la austeridad en la eurozona eleva el riesgo de caer en una segunda recesión.

Lo paradójico es que ni siquiera con esos planes de ajuste se cumplen los objetivos. El déficit público alemán creció en el primer semestre hasta el 3,5% del PIB, informa Juan Gómez. Alemania vulnera así de nuevo los criterios de convergencia de la Unión Monetaria, que señalan el 3% como límite máximo. Sin embargo, las cifras están aún lejos del 5% previsto por el Ministerio de Hacienda alemán para 2010, gracias al excelente desarrollo económico experimentado por Alemania en los últimos meses.

No solo las Bolsas atraviesan momentos complicados. El yen japonés volvió a apreciarse ayer y alcanzó máximos de 15 años respecto al dólar, y de casi 10 años respecto al euro. Ante el perjuicio para las exportaciones niponas, arrecian las presiones para que el banco central intervenga en el mercado de divisas para depreciar la moneda.

BERNANKE GARANTIZA A LOS MERCADOS QUE LA FED ESTÁ LISTA PARA ACTUAR "EN CASO DE NECESIDAD"


El jefe del Banco Central de EE UU señala que todo dependerá de si las perspectivas se deterioran notablemente, tras la revisión a la baja del crecimiento económico en el segundo trimestre
SANDRO POZZI - Nueva York - 27/08/2010

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La economía de Estados Unidos no crece ni lo deseado ni tampoco lo esperado. El Departamento de Comercio acaba de rebajar en ocho décimas la expansión registrada en el segundo trimestre, a una tasa anualizada del 1,6% del producto interior bruto. La cosa pudo ser peor, porque Wall Street anticipaba una revisión de al menos un punto respecto al 2,4% anunciado hace un mes.

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Para Ben Bernanke, presidente de la Reserva Federal, la recuperación tiene menos vigor de lo que se esperaba y la situación del mercado laboral es decepcionante, por lo que la Fed está siguiendo de cerca la situación para activar estímulos monetarios en caso de necesidad, es decir, en el caso de que la economía se deteriore más.

Bernanke ha dejado claro, en todo caso, que va a continuar evaluando la situación para determinar si los beneficios de futuros estímulos monetarios compensan los costes de activar nuevas medidas de estímulo. En medio de todo este panorama, el jefe del banco central estadounidense considera que el riesgo de deflación es bajo. Asegura que la Reserva Federal cuenta con las herramientas necesarias para apoyar el crecimiento y evitar un escenario deflacionista en Estados Unidos, similar al de Japón. Pero antes de actuar, el presidente del banco central quiere tener claro que los beneficios de los nuevos estímulos compensan los costes.

Bernanke admite que la plena recuperación de la economía está aún lejos de ser alcanzada, y señala que el crecimiento está teniendo "menos vigor" del que se esperaba. También se mostró "decepcionado" con la situación del mercado laboral, donde la tasa de paro ronda el 9,5%. Y aunque el jefe de la autoridad monetaria asegura que el riesgo de deflación "no es significativo" en este momento en EE UU, sí dio claras indicaciones de que cualquier medida que se vea obligada a adoptar la Fed en el futuro se hará para prevenir que la economía entre en un ciclo de caída de precios.

Las declaraciones de Bernanke se han producido durante una intervención en el simposio de economistas y banqueros centrales en Jackson Hole. Wall Street esperaba con interés las declaraciones del jefe de la Fed, tras arrancar con leve alza por los datos mejor de lo esperado de crecimiento.

Ralentización

Las cifras revisadas del Departamento de Comercio difundidas hoy confirman estadísticamente la ralentización que sufrió la actividad económica en la mayor potencia económica del mundo durante los últimos seis meses. El bache es destacado si se toma como referencia el 5% que se creció en el cuarto trimestre de 2009 o incluso el 3,7% en los tres primeros meses de 2010. Y la previsión es que el crecimiento siga débil el resto del año.

El factor principal de este retoque a la baja está en la evolución de la balanza comercial, por el mayor incremento en 26 años en las importaciones. La noticia positiva estuvo en el lado del consumo, que se comportó mejor de lo esperado, al registrar un incremento del 2%, en línea con el primer trimestre. Y se mantuvo sólido el gasto de las empresas, aunque fue revisado al alza, hasta el 17,6%.

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