Ministros de finanzas y jerarcas destacados de los países europeos se reunieron este domingo en Bruselas para acordar el tamaño y el alcance del fondo inédito destinado a tranquilizar los mercados y estabilizar la moneda única de la Eurozona.
Las calamidades en tierra y mar, la inestabilidad social, las amenazas de guerra, como portentosos presagios, anuncian la proximidad de acontecimientos de la mayor gravedad. Las agencias del mal se coligan y acrecen sus fuerzas para la gran crisis final. Grandes cambios están a punto de producirse en el mundo, y los movimientos finales serán rápidos.—Joyas de los Testimonios 3:280 (1909). Elena de White
LAS MAQUINAS SE HAN ROTO. EL SISTEMA SE HA ROTO. ¿Y SI EL EURO DESAPARECE?
"Las máquinas se han roto. El sistema se ha roto". "¿Y si el euro desaparece?"
Cristina Fernández - 14/05/2010¿Un error tipográfico? ¿Los robots de la blosa de Nueva York? ¿El contagio de Europa? ¿El resbalón del Euro? Horas después de la mayor caída en un mismo día que se recuerda en la bolsa de Nueva York, hay pocas explicaciones claras de lo que ha ocurrido y por qué. Mientras miraban esa gráfica que ya ha dado la vuelta al mundo, los analistas de la cadena económica estadounidense CNBC no conseguían justificar en directo lo que estaban viendo sus ojos. La escena se convirtió en símbolo de las reacciones desatadas en Wall Street.
Analistas de la cadena CNBC intentan descifrar lo ocurrido en Wall Street
El instante ya ha sido calificado como uno de los más intensas de la historia de la cadena. La presentadora intenta que el experto explique el fenómeno. El experto es el presentador de CNBC Jim Cramer. Sorprendido por tanta preocupación, no le da demasiada importancia. La presentadora pregunta por las primeras ventas que causaron la caída. El experto, cada vez más acalorado, sigue lanzando ideas al aire e intenta comparar la crisis de ayer con la de 1987. El resultado es una sucesión de gritos e interrupciones bañadas de soberbia e incredulidad. Más de un espectador se quedó con la sensación de que ninguno de los protagonistas tenía la respuesta.
Menos mal que tenían conexión en directo con la bolsa neoyorquina. Allí entrevistaban a Peter Costa, de Procter & Gamble. "El interés en la compra se ha esfumado, todo el mundo empieza a vender y lo siguiente que pasa es que estás 500 puntos por debajo".
"No, estamos a 900", le corrige el reportero. Vuelta al estudio. Cramer soluciona la crisis del día con un consejo claro: "Compren, compren compren".
Una de las primeras causas que apuntan los expertos a la repentina caída ayer en Wall Street es el contagio por la situación en Europa. Tanto el New York Times como el Washington Post titularon inmediatamente que la bolsa caía arrastrada por Grecia. La crisis en Atenas y la amenaza de que se contagie a otros países, además de la caída del euro con respecto al dólar en los últimos días -aunque ha sido constante desde noviembre- han alimentado la volatilidad del mercado internacional.
"Durante un tiempo hemos acumulado preocupación por la crisis que se extiende en Europa (...) A la gente le preocupa la caída del Euro y todas las implicaciones que podría tener en mercados y economías de todo el mundo", declaraba el analista Alec Young, de Standard & Poors, a la agencia Associated Press. "Si pasara algo en ese sentido, creo que puedes entener por qué hemos visto esa volatilidad en el mercado norteamericano hoy mismo. Si desaparece el Euro es algo importante y eso es lo que justifica una situación tan violenta".
Sin embargo, las noticias de inestabilidad en Europa no convencen como explicación a la montaña rusa en la que se convirtió ayer la bolsa norteamericana. La desconfianza lleva acumulándose unas semanas y no justifica la caída de casi 1000 puntos en pocos minutos. Grandes como American Express, General Electric o J.P. Morgan Chase cayeron un cuatro por ciento. Accenture estuvo valorada en un momento de la tarde de ayer en un céntimo de dólar. La norteamericana Fidelity redujo su valor en mil millones de dólares en apenas una hora.
La caída en picado se debe, según explicaba el diario Wall Street Journal, a una "ola de órdenes de venta automatizadas, que convirtieron una caída fea en un fallo de todo el mercado". La causa sería el sistema informático que utilizan las compañías y que emite órdenes de venta a partir de una caída importante. El Economista respaldaba esta misma opción: "No sabemos qué ha pasado exactamente, pero parece que las estrategias de compraventa de los ordenadores, más que problemas técnicos del mercado, han agravado la caída en picado y su recuperación".
Pero, ¿pueden unos algoritmos provocar un fallo de este tipo en la bolsa?
El experto Cramer había avisado. "Las máquinas se rompieron. En sistema se ha roto". Pero nadie sabe por qué.
Las reacciones iniciales se empeñaron en buscar cuál fue esa primera venta que desencadenó la caída y el pánico. La explicación de que un broker escribió 16 billones en vez de millones impulsando la venta de bienes de Citigroup tampoco se la creen los expertos. El grupo ha declarado que no tiene constancia de ninguna operación errónea. Han pedido la intervención de la SEC (Securities and Exchange Commission) para que analice los incidentes de ayer. Nasdaq trabaja en su propia investigación y ya ha cancelado algunas operaciones aprobadas en los minutos que provocaron el pánico.
Hay quien baraja incluso el hecho de que la caída coincidiera con el momento en que las cadenas económicas mostraban los incidentes en Atenas, durante las protestas en contra del plan de recortes del gobierno griego. Pero el escalofrío que se extendió desde Wall Street al resto del mundo, pasando por las cadenas de telévisión, no parece una simple coincidencia con el reportaje.
La tensión en la bolsa norteamericana se trasladó también a las ediciones digitales de los medios de comunicación. Desde Bloomberg hasta la sección de negocios de Yahoo! sufrieron por la saturación de visitas a sus páginas. Según explicaba TechCrunch, "el problema fue que la web 'en tiempo real' no fue lo suficientemente rápida" para la velocidad con que se desarrollaron los hechos. Yahoo! avisó desde su cuenta de Twitter que todo ha vuelto a la normalidad. En su página sí. No sabemos si mañana en la bolsa también.
Cristina Fernández - 14/05/2010¿Un error tipográfico? ¿Los robots de la blosa de Nueva York? ¿El contagio de Europa? ¿El resbalón del Euro? Horas después de la mayor caída en un mismo día que se recuerda en la bolsa de Nueva York, hay pocas explicaciones claras de lo que ha ocurrido y por qué. Mientras miraban esa gráfica que ya ha dado la vuelta al mundo, los analistas de la cadena económica estadounidense CNBC no conseguían justificar en directo lo que estaban viendo sus ojos. La escena se convirtió en símbolo de las reacciones desatadas en Wall Street.
Analistas de la cadena CNBC intentan descifrar lo ocurrido en Wall Street
El instante ya ha sido calificado como uno de los más intensas de la historia de la cadena. La presentadora intenta que el experto explique el fenómeno. El experto es el presentador de CNBC Jim Cramer. Sorprendido por tanta preocupación, no le da demasiada importancia. La presentadora pregunta por las primeras ventas que causaron la caída. El experto, cada vez más acalorado, sigue lanzando ideas al aire e intenta comparar la crisis de ayer con la de 1987. El resultado es una sucesión de gritos e interrupciones bañadas de soberbia e incredulidad. Más de un espectador se quedó con la sensación de que ninguno de los protagonistas tenía la respuesta.
Menos mal que tenían conexión en directo con la bolsa neoyorquina. Allí entrevistaban a Peter Costa, de Procter & Gamble. "El interés en la compra se ha esfumado, todo el mundo empieza a vender y lo siguiente que pasa es que estás 500 puntos por debajo".
"No, estamos a 900", le corrige el reportero. Vuelta al estudio. Cramer soluciona la crisis del día con un consejo claro: "Compren, compren compren".
Una de las primeras causas que apuntan los expertos a la repentina caída ayer en Wall Street es el contagio por la situación en Europa. Tanto el New York Times como el Washington Post titularon inmediatamente que la bolsa caía arrastrada por Grecia. La crisis en Atenas y la amenaza de que se contagie a otros países, además de la caída del euro con respecto al dólar en los últimos días -aunque ha sido constante desde noviembre- han alimentado la volatilidad del mercado internacional.
"Durante un tiempo hemos acumulado preocupación por la crisis que se extiende en Europa (...) A la gente le preocupa la caída del Euro y todas las implicaciones que podría tener en mercados y economías de todo el mundo", declaraba el analista Alec Young, de Standard & Poors, a la agencia Associated Press. "Si pasara algo en ese sentido, creo que puedes entener por qué hemos visto esa volatilidad en el mercado norteamericano hoy mismo. Si desaparece el Euro es algo importante y eso es lo que justifica una situación tan violenta".
Sin embargo, las noticias de inestabilidad en Europa no convencen como explicación a la montaña rusa en la que se convirtió ayer la bolsa norteamericana. La desconfianza lleva acumulándose unas semanas y no justifica la caída de casi 1000 puntos en pocos minutos. Grandes como American Express, General Electric o J.P. Morgan Chase cayeron un cuatro por ciento. Accenture estuvo valorada en un momento de la tarde de ayer en un céntimo de dólar. La norteamericana Fidelity redujo su valor en mil millones de dólares en apenas una hora.
La caída en picado se debe, según explicaba el diario Wall Street Journal, a una "ola de órdenes de venta automatizadas, que convirtieron una caída fea en un fallo de todo el mercado". La causa sería el sistema informático que utilizan las compañías y que emite órdenes de venta a partir de una caída importante. El Economista respaldaba esta misma opción: "No sabemos qué ha pasado exactamente, pero parece que las estrategias de compraventa de los ordenadores, más que problemas técnicos del mercado, han agravado la caída en picado y su recuperación".
Pero, ¿pueden unos algoritmos provocar un fallo de este tipo en la bolsa?
El experto Cramer había avisado. "Las máquinas se rompieron. En sistema se ha roto". Pero nadie sabe por qué.
Las reacciones iniciales se empeñaron en buscar cuál fue esa primera venta que desencadenó la caída y el pánico. La explicación de que un broker escribió 16 billones en vez de millones impulsando la venta de bienes de Citigroup tampoco se la creen los expertos. El grupo ha declarado que no tiene constancia de ninguna operación errónea. Han pedido la intervención de la SEC (Securities and Exchange Commission) para que analice los incidentes de ayer. Nasdaq trabaja en su propia investigación y ya ha cancelado algunas operaciones aprobadas en los minutos que provocaron el pánico.
Hay quien baraja incluso el hecho de que la caída coincidiera con el momento en que las cadenas económicas mostraban los incidentes en Atenas, durante las protestas en contra del plan de recortes del gobierno griego. Pero el escalofrío que se extendió desde Wall Street al resto del mundo, pasando por las cadenas de telévisión, no parece una simple coincidencia con el reportaje.
La tensión en la bolsa norteamericana se trasladó también a las ediciones digitales de los medios de comunicación. Desde Bloomberg hasta la sección de negocios de Yahoo! sufrieron por la saturación de visitas a sus páginas. Según explicaba TechCrunch, "el problema fue que la web 'en tiempo real' no fue lo suficientemente rápida" para la velocidad con que se desarrollaron los hechos. Yahoo! avisó desde su cuenta de Twitter que todo ha vuelto a la normalidad. En su página sí. No sabemos si mañana en la bolsa también.
Temen contagio de crisis griega a Eurozona
El plan de ayuda a Grecia no bastó para tranquilizar los mercados, que temen un contagio de la crisis financiera a otros países de la Eurozona.
PANICO EN LA BOLSA DE NUEVA YORK
El Dow Jones llegó a caer más del 9%, aunque cerró al 3,21%.- Se baraja la posibilidad de que la deblacle se aceleró por el error de un operador que confundió millones por billones en una orden de venta sobre Procter & Gamble
EL PAIS - Madrid - 06/05/2010
Vota Resultado 65 votos Comentarios - 33
La bolsa de Nueva York ha llegado a caer en unos minutos un 9%, pasadas las ocho y media de la tarde de hoy, cuando apenas quedaba una hora y media para el cierre. La caída en picado apenas duró unos minutos ante los ojos estupefactos de los inversores, ya que fue seguida de una escalada con la misma pendiente, hasta contenerse y cerrar con un retroceso de 3,21%, en los 10.518,49 puntos.
El desplome del mercado neoyorquino ha llegado a ser el mayor desde el crash del año 1987, superior incluso a las pérdidas que sufrió el índice Dow Jones tras la quiebra de Lehman Brothers en 2008 que dio lugar a la mayor crisis financiera desde 1929 y ha llevado el mundo a una grave crisis económica. En un momento la bolsa cayó 998 puntos, el mayor retroceso en enteros en la historia del parqué de Nueva York.
Tras el cierre del mercado, se ha especulado que el error de un operador provocó el pánico. El broker pudo confundir una orden de venta de millones por otra de billones sobre acciones de Procter & Gamble. Los títulos de esta empresa cayeron a las 21.46 -justo a la hora del crash- un 36,3% en unos minutos. Tras percibir el error la compañía ha recuperado la cotización a los niveles anteriores al susto.
Aunque la bolsa de Nueva York había inicialmente descartado un fallo técnico, un portavoz ha dicho tras el cierre que se está investigando una serie de operaciones "erróneas".
El derrumbe neoyorquino se produce cuando una crisis fiscal y de confianza azota los mercados europeos a raíz de la incapacidad de Grecia para hacer frente a su deuda . Hoy, los inversores se han visto decepcionados ante la falta de medidas excepcionales por parte del Banco Central Europeo . El euro ha llegado a caer a 1,26 dólares, su mínimo de los últimos 14 meses. El contagio de la crisis griega ha alcanzado a los bonos de países como Portugal, Irlanda, España o Italia, cuyos déficit o deuda son muy elevados. Además, un informe de la agencia de calificación Moody's ha alertado hoy del riesgo de contagio de la crisis soberana a la banca en todos esos países y en Reino Unido.
La Bolsa de Nueva York ha estado cayendo durante todo el día, pero las pérdidas no pasaban del 3,5% hasta que, de repente, ha entrado en picado y ha llegado a perder el 9,16% a las nueve menos cuarto, hora española. La recuperación posterior ha sido casi tan vertical como la caída y en media hora las pérdidas han vuelto a ser inferiores al 4%. La última hora de transacciones, el mercado se ha manejado en la banda negativa de entre 3 y 5%.
Los índices Standard & Poor's 500 y Nasdaq también han registrado caídas fuertes en un momento, para recuperar parte del terreno perdido en cuestión de minutos.
Inmediatamente al momento de pánico, la Casa Blanca, a través de su portavoz Robert Gibbs, ha dicho que la Administración Obama sigue con atención la crisis de la deuda griega y su impacto mundial y que el presidente estadounidense mantiene contacto frecuente con sus homólogos europeos para tener informes de primera mano. Gibbs también ha asegurado de que el Departamento del Tesoro está monitoreando muy de cerca la situación.
EL PAIS - Madrid - 06/05/2010
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La bolsa de Nueva York ha llegado a caer en unos minutos un 9%, pasadas las ocho y media de la tarde de hoy, cuando apenas quedaba una hora y media para el cierre. La caída en picado apenas duró unos minutos ante los ojos estupefactos de los inversores, ya que fue seguida de una escalada con la misma pendiente, hasta contenerse y cerrar con un retroceso de 3,21%, en los 10.518,49 puntos.
El desplome del mercado neoyorquino ha llegado a ser el mayor desde el crash del año 1987, superior incluso a las pérdidas que sufrió el índice Dow Jones tras la quiebra de Lehman Brothers en 2008 que dio lugar a la mayor crisis financiera desde 1929 y ha llevado el mundo a una grave crisis económica. En un momento la bolsa cayó 998 puntos, el mayor retroceso en enteros en la historia del parqué de Nueva York.
Tras el cierre del mercado, se ha especulado que el error de un operador provocó el pánico. El broker pudo confundir una orden de venta de millones por otra de billones sobre acciones de Procter & Gamble. Los títulos de esta empresa cayeron a las 21.46 -justo a la hora del crash- un 36,3% en unos minutos. Tras percibir el error la compañía ha recuperado la cotización a los niveles anteriores al susto.
Aunque la bolsa de Nueva York había inicialmente descartado un fallo técnico, un portavoz ha dicho tras el cierre que se está investigando una serie de operaciones "erróneas".
El derrumbe neoyorquino se produce cuando una crisis fiscal y de confianza azota los mercados europeos a raíz de la incapacidad de Grecia para hacer frente a su deuda . Hoy, los inversores se han visto decepcionados ante la falta de medidas excepcionales por parte del Banco Central Europeo . El euro ha llegado a caer a 1,26 dólares, su mínimo de los últimos 14 meses. El contagio de la crisis griega ha alcanzado a los bonos de países como Portugal, Irlanda, España o Italia, cuyos déficit o deuda son muy elevados. Además, un informe de la agencia de calificación Moody's ha alertado hoy del riesgo de contagio de la crisis soberana a la banca en todos esos países y en Reino Unido.
La Bolsa de Nueva York ha estado cayendo durante todo el día, pero las pérdidas no pasaban del 3,5% hasta que, de repente, ha entrado en picado y ha llegado a perder el 9,16% a las nueve menos cuarto, hora española. La recuperación posterior ha sido casi tan vertical como la caída y en media hora las pérdidas han vuelto a ser inferiores al 4%. La última hora de transacciones, el mercado se ha manejado en la banda negativa de entre 3 y 5%.
Los índices Standard & Poor's 500 y Nasdaq también han registrado caídas fuertes en un momento, para recuperar parte del terreno perdido en cuestión de minutos.
Inmediatamente al momento de pánico, la Casa Blanca, a través de su portavoz Robert Gibbs, ha dicho que la Administración Obama sigue con atención la crisis de la deuda griega y su impacto mundial y que el presidente estadounidense mantiene contacto frecuente con sus homólogos europeos para tener informes de primera mano. Gibbs también ha asegurado de que el Departamento del Tesoro está monitoreando muy de cerca la situación.
COMISARIO DE COMERCIO EXTERIOR DICE QUE SE CONOCÍAN LOS ENGAÑOS GRIEGOS
R. M. DE RITUERTO - Bruselas - 06/05/2010
"Sabíamos que Grecia nos estaba engañando". Karel De Gucht, comisario de Comercio, reconoce que las trapacerías contables y estadísticas griegas eran un secreto a voces desde que Atenas ganó en 1999 su entrada en el euro, con datos sobre el cumplimiento de los criterios de Maastricht (inflación, déficit y deuda, esencialmente) aceptados como buenos por Eurostat, la agencia estadística de la Comisión. "Cuando entraron en el euro ya se vio que había problemas" con las cifras griegas, señala el comisario
El belga De Gucht no quiere mirar en casa, la Comisión Europea, en busca de responsables por la falta rigor ante aquellas fantasías de proporciones homéricas. "El problema
[de la falsificación de datos] no ha hecho más que agravarse desde entonces", dice el comisario, quien recuerda cómo ya "en 2003 y 2004 la Comisión quiso enviar inspectores a Atenas, a lo que se opusieron los Gobiernos" de la Unión.
En una entrevista con EL PAÍS y otros cinco periódicos europeos, el responsable comunitario mantiene que el paquete de socorro adoptado el pasado domingo por el Eurogrupo "es muy potente, y como Grecia se ha comprometido a un ahorro descomunal de 30.000 millones, la Comisión vigilará ahora para que se cumpla. Nos hallamos ante una operación muy creíble".
Fruta madura
De Gucht considera que los sacrificios que impone el plan de salvamento han caído como fruta madura ante las graves circunstancias, aceptados por el Gobierno y, de mejor o peor gana, por los griegos, sin tener que imponerlos precipitadamente. "La población no lo hubiese aceptado antes", señala. "Había que tener cuidado para que no estallara una revolución". Una de las consecuencias de la crisis helena ha sido la pérdida de valor de la moneda única, ahora en el área de los 1,30 euros por dólar, depreciación atractiva para el primer bloque comercial del mundo, que así puede exportar más. "Si no fuese por Grecia, estaríamos muy satisfechos", dice.
En esta hora de críticas a Alemania por su resistencia a socorrer a Grecia, De Gucht evita pronunciarse sobre las decisiones de la canciller Angela Merkel y hace un canto a la disciplina germana. "No entiendo las críticas a Alemania", señala. "Ha controlado sus salarios, produce bienes que otros países quieren comprar. Todos deberíamos exportar más".
Es un gran contraste con el cuadro de otros socios de la eurozona. "Hay países que llevan años con desequilibrios porque los salarios no se ajustan a la productividad, lo que supone una pérdida de competitividad que daña a la eurozona", apunta. "Tiene que haber disciplina. Si no la hay, antes o después se paga el precio".
"Sabíamos que Grecia nos estaba engañando". Karel De Gucht, comisario de Comercio, reconoce que las trapacerías contables y estadísticas griegas eran un secreto a voces desde que Atenas ganó en 1999 su entrada en el euro, con datos sobre el cumplimiento de los criterios de Maastricht (inflación, déficit y deuda, esencialmente) aceptados como buenos por Eurostat, la agencia estadística de la Comisión. "Cuando entraron en el euro ya se vio que había problemas" con las cifras griegas, señala el comisario
El belga De Gucht no quiere mirar en casa, la Comisión Europea, en busca de responsables por la falta rigor ante aquellas fantasías de proporciones homéricas. "El problema
[de la falsificación de datos] no ha hecho más que agravarse desde entonces", dice el comisario, quien recuerda cómo ya "en 2003 y 2004 la Comisión quiso enviar inspectores a Atenas, a lo que se opusieron los Gobiernos" de la Unión.
En una entrevista con EL PAÍS y otros cinco periódicos europeos, el responsable comunitario mantiene que el paquete de socorro adoptado el pasado domingo por el Eurogrupo "es muy potente, y como Grecia se ha comprometido a un ahorro descomunal de 30.000 millones, la Comisión vigilará ahora para que se cumpla. Nos hallamos ante una operación muy creíble".
Fruta madura
De Gucht considera que los sacrificios que impone el plan de salvamento han caído como fruta madura ante las graves circunstancias, aceptados por el Gobierno y, de mejor o peor gana, por los griegos, sin tener que imponerlos precipitadamente. "La población no lo hubiese aceptado antes", señala. "Había que tener cuidado para que no estallara una revolución". Una de las consecuencias de la crisis helena ha sido la pérdida de valor de la moneda única, ahora en el área de los 1,30 euros por dólar, depreciación atractiva para el primer bloque comercial del mundo, que así puede exportar más. "Si no fuese por Grecia, estaríamos muy satisfechos", dice.
En esta hora de críticas a Alemania por su resistencia a socorrer a Grecia, De Gucht evita pronunciarse sobre las decisiones de la canciller Angela Merkel y hace un canto a la disciplina germana. "No entiendo las críticas a Alemania", señala. "Ha controlado sus salarios, produce bienes que otros países quieren comprar. Todos deberíamos exportar más".
Es un gran contraste con el cuadro de otros socios de la eurozona. "Hay países que llevan años con desequilibrios porque los salarios no se ajustan a la productividad, lo que supone una pérdida de competitividad que daña a la eurozona", apunta. "Tiene que haber disciplina. Si no la hay, antes o después se paga el precio".
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